Segunda a mucha honra

 

Segunda a mucha honra

 

«Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Jacobo, a los que son amados por Dios el Padre, guardados por Jesucristo y llamados a la salvación: Que reciban misericordia, paz y amor en abundancia.  Judas 1

 

La epístola de Judas es un mensaje sonoro procedente de un hombre que se refiere a sí mismo sencillamente como: «Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago…»

 

Esto le identifica, porque Santiago era pastor de la iglesia primitiva en Jerusalén y era al mismo tiempo autor de la Epístola de Santiago que tenemos en nuestro Nuevo Testamento, pero también era conocido no solo por ser un hombre que destacaba, sino por ser el hermano del Señor Jesucristo, el hermano físico de Jesús, que se había criado en el pueblo de Nazaret junto a Jesús.

 

Pero fíjense que no hace referencia alguna a esta relación al principio de su epístola, sino que se muestra a sí mismo como «siervo del Señor Jesucristo».  Este hecho nos hace ver claramente el hecho de que este hombre, que se había criado como hermano del Señor Jesús y de Santiago, ha aprendido a considerar a Jesús, no ya por la relación conforme a la carne, sino como lo que era verdaderamente, es decir, como Dios hecho hombre y le adora como tal.  Judas y Santiago habían tenido una experiencia única en la iglesia cristiana al convertirse en discípulos de Aquel con el que se habían criado.

 

¡Qué demostración tan clara nos ofrece con respecto a la deidad del Señor Jesús! Si alguien estaba en situación de impugnar la afirmación de Jesús, según la cual él era Dios, hubieran sido precisamente los hermanos de Jesús. A pesar de que no creyeron en él hasta después de su resurrección de entre los muertos, estas epístolas componen un sello de confirmación de que las afirmaciones del Nuevo Testamento respecto a Jesucristo son válidas, habiendo sido incluso apoyadas por aquellos que tenían más motivos que nadie para negarlas.

 

Lo que también me conmueve es el hecho de que Judas ocupa el lugar del segundo con respecto a su hermano Santiago. Con frecuencia, los hermanos de las personalidades célebres se sienten molestos por el hecho de que se les presente como hermanos de «fulanito de tal», pero Judas se siente totalmente orgulloso diciendo que es el hermano de Santiago, habiendo aprendido el secreto de que Dios tiene siempre un lugar para todas las personas y si ayuda a que se le conozca de ese modo, está afinadamente preparado y dispuesto a ocupar ese lugar.

 

En todos estos 27 años al lado de mi amado esposo y compañero en la obra de Dios, eso es lo que he sido, sierva de Jesucristo, esposa y aliada fiel.  Creo haber vivido todos años con una plenitud de vida porque he intentado ayudarle en todo lo que Dios nos ponía como reto, a veces, las metas parecían imposibles de alcanzar, algo en mi interior me decía que dependía de mí que mi esposo no se rinda, entonces, el aliento que había hablado se convertía en poder y autoridad para seguir buscando llegar al objetivo espiritual, y gracias a Dios que su gracia, misericordia, paz y amor nos apoyaron en abundancia. Siempre he sido su segunda ¡que orgullo siento de serlo! de un hombre que no es perfecto, ni bueno, ni siquiera suficientemente sabio para andar sólo, por eso soy la segunda, para apoyarlo y con oraciones y dedicación ser la pareja que complementará los vacíos que ayudarán a cumplir con el propósito perfecto de Dios.

Hoy puedo identificarme con Judas y decir soy sierva de Jesús y esposa de Miguel, es mi carta de presentación, y esto no me hace menos, me hace más y mejor porque he aprendido del maestro que se negó a sí mismo por amor.

 

 «Él dirige en la justicia a los humildes, y les enseña su camino. Todas las sendas del Señor son amor y verdad  para quienes cumplen los mandatos de su alianza» Salmo 25:9-10

 

 

Quizá no has encontrado todavía tu camino porque crees que debes ser el protagonista en todo, quizá Dios quiere que seas el brazo derecho y fuerte, los ojos que entiendan mejor, el hombro en el  que se puedan apoyar  o sencillamente la voz que aliente en esos momentos de debilidad.

¿Quién está a tu lado? ¿No te ha apoyado suficiente? ¿No será que debes ser tú el soporte  de esa vida que luego te sostendrá?  Pídele a Dios con humildad que te de la oportunidad de cumplir con la preciosa tarea de ser esa columna sobre la que edificarán muchas vidas, y si necesitas más humildad, pues también reclama por la prueba que te seguirá tratando hasta convertirte en la segunda o el segundo que aportará bendición.

2 COMENTARIOS

  1. Realmente son palabras muy hermosas y ciertas, ya que uno siempre quiere ser el primero, pero no nos damos cuenta que tenemos que ser los segundos en la vida. Y nunca hay que pensar que somos el relleno de las cosas.

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