Aplausos En el Cielo – Devocional Cristiano

 

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«Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla.  Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio» (Apocalipsis 21:21).  «Las doce puertas eran doce perlas: cada una de las puertas era de una solo perla; y la plaza de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio» (Apocalipsis 21:21).

 

Max Lucado, en su libro, El APLAUSO Del CIELO, cuenta sobre el retorno a la casa después de más de una semana afuera, predicando el Evangelio.  Dice él: «Sé que mi esposa y nuestras dos hijas estarán en el aeropuerto esperando por mí.  Y despues caminar por un largo pasillo y contornar una curva y seguir enfrente, yo las veré y ellas mostrarán una gran sonrisa en el rostro.  Mi hija menor empezará a aplaudir por verme volver a casa».  Lucado dice más: » Un día nosotros iremos a atravesar un portón de perla y caminar a través de un largo pasillo de oro.  Quizá veamos el Apóstol Pablo aquí, Pedro allí, y quien sabe Moisés y Elias».  «Pero, finalmente», él dice, «contornaremos la curva y llegaremos delante del trono de Dios, el Padre.  Y a Su lado, ciertamente, estará Jesus, el Cristo».  En cuanto allí lleguemos», continúa él, «oiremos los aplausos del Cielo y contemplaremos a Dios cuya voluntad nos dirigirá por toda la eternidad.»

 

Lo maravilloso que será experimentar la bendición de andar en calles de oro y disfrutar el regocijo indescriptible de la vida celestial.  Estar allí, en la presencia de nuestro Salvador, junto a su Santos, es algo que nos llena de goce y ansiedad.

 

El mundo en el que vivimos puede estar colmado de engaños, dudas, descontentamiento y chascos, pero la confianza de que la calle en que seguimos nos llevará a este lugar de goce y júbilo nos estimula a proseguir con el corazón lleno de alegría y dicha.

 

A veces nos ponemos tristes porque no alcanzamos la realización de algunos sueños. Nos Sentimos fracasados por no conseguir éxito y ni aplausos como algunos de nuestros hermanos y amigos.  Pero Dios tiene planes diferentes para cada uno de nosotros y, mismo no percibiendo los aplausos, quizá estemos conquistando mucho más de lo que aquello que soñamos.  Y, con toda seguridad, mejor que cualquier reconocimiento aquí en esta tierra será oír los aplausos en el Cielo por la victoria espiritual que nos acarreará por todo el eternidad al lado del Señor.

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