el Devocional Diario – Prisionero, pero más feliz que un rey

Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano.
Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú,sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy,excepto estas cadenas! Hechos 26:28-29.

Para mí el vivir es Cristo.
Filipenses 1:21.

 

Prisionero, pero más feliz que un rey

el Devocional Diario


¡La situación del apóstol Pablo no era envidiable! Aunque estaba lleno de amor por su pueblo, faltó poco para que la multitud lo matase en Jerusalén. Liberado por las fuerzas de orden romanas, fue conducido de tribunal en tribunal para finalmente quedar prisionero.

Tiempo después, el gobernador romano presentó al apóstol al rey Agripa y a los principales de la ciudad, quienes vinieron con gran pompa. Pero Pablo no se dejó impresionar; pronunció su defensa con claridad y terminó proclamando el Evangelio. Hasta se atrevió a interpelar al rey para mostrarle su responsabilidad. Parece que esto tocó la conciencia de este último; sin embargo, no se decidió a dar el paso decisivo, arrepintiéndose y creyendo. Posiblemente era prisionero de su posición real. El verdadero hombre libre en aquella sala del tribunal era el apóstol Pablo, quien había sido liberado de sus pecados, del deseo de la gloria humana y aun del temor de los hombres.

Su dicha era vivir para su Maestro, para el Señor Jesús, quien se mantuvo cerca de él para fortalecerlo. Su conciencia estaba en paz y su corazón lleno de esperanza. Aunque estaba atado como un malhechor, sinceramente podía desear que todos fueran como él, es decir, cristianos. Era más feliz que el rey. Deseaba comunicar su felicidad a todos y por eso anunciaba el Evangelio.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí