Oremos el Salmo 141

Salmos 141 (Dios Habla Hoy)
Mis ojos están puestos en ti
 1 A ti clamo, Señor: ¡ven pronto!, 
    ¡escucha mi voz cuando te invoco! 
 2 Sea mi oración como incienso en tu presencia, 
    y mis manos levantadas,[a] como ofrenda de la tarde. 
 3 Señor, ponle a mi boca un guardián; 
    vigílame cuando yo abra los labios. 
 4 Aleja mi pensamiento de la maldad; 
    no me dejes andar en malas acciones 
    ni tomar parte en banquetes de malhechores. 
 5 Es un favor que el hombre honrado me castigue, 
    un perfume delicado que me reprenda. 
    Tales cosas no rechazaré; 
    a pesar de sus golpes, seguiré orando. 
 6 Los jefes de los malvados serán despeñados, 
    y verán que mis palabras eran agradables. 
 7 Sus huesos serán esparcidos junto al sepulcro, 
    como cuando se abren surcos en la tierra. 
 8 Señor, Señor, mis ojos están puestos en ti. 
    En ti busco protección: no me abandones. 
 9 Líbrame de la trampa que me han puesto; 
    líbrame de la trampa de los malhechores. 
 10 Que caigan los malvados en su propia red, 
    mientras yo sigo adelante.
 
«Tengamos en mente cuatro cosas: DIOS OYE LA ORACIÓN, LE PRESTA LA DEBIDA ATENCIÓN, LA RESPONDE Y OTORGA LIBERACIÓN POR MEDIO DE ELLA. Nunca esta demás repertirnos estas cuatro cosas. LA ORACIÓN rompe todas las barreras, corta todas las cadenas, abre todas las prisiones y caminos favorables a los hijos de Dios».
Edwards M. Bounds.

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