Devocional Diario – Morir Para El Mundo — El Camino De la Cruz

Morir Para El Mundo — El Camino De la Cruz 


«De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto» (Juan 12:24).

 

El teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer, que fue ejecutado por los nazis a causa de su testimonio, hizo ésta declaración:

«Cuando Cristo llama un hombre, Él le dice: Venga y muera».

Quien siga a Jesus sabe que tiene que pagar un precio — éste es el camino de la cruz».

 

El verdadero discípulo del Señor Jesus sabe que su decisión tendrá un coste.  Necesitará morir — para el mundo, para sus intereses personales, para la vanidad, para el orgullo, para la indiferencia, para todo aquello que no está de acuerdo con los mandamientos de la Palabra de Dios.  Es una muerte que acarrea a la vida, a la alegría, a la eternidad.

 

¿Estamos prestos a decir «sí» al llamado de Diosí  ¿Estamos dispuestos a abandonar los placeres ilusorios ofrecidos en toda parte?  ¿Estamos listos para morir y, por eso, vivir abundantemente?

 

Nuestro Salvador ha dado el ejemplo.  Pagó el alto precio — entregó su vida en la cruz.  Su sacrificio nos trajo la paz, la libertad, el acceso a la presencia de Dios, la dicha que no existe en ninguno otro lugar.

 

Cuando morimos para el mundo, vivimos para Dios.  Vivimos para amar, para perdonar, para extender la mano, para prestar el hombro, para compartir nuestros recursos financieros, para erguir del suelo aquéllos que caen y no encuentran fuerzas para levantarse.  Gloriosa muerte y gloriosa vida.  Nada puede producir más satisfacción y regocijo.

 

Si continuamos vivos para el mundo, nuestra vida es como una árbol sin frutos y sin atractivos.  Si, como el grano de trigo, morimos para el mundo, empezamos a mostrar los frutos espirituales que glorifican el nombre del Señor y bendicen las vidas que de nosotros se aproximan.

 

¿Usted ya murió para vivir en Cristo?

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