El Matrimonio es Una Opción

    ¡Como lo leen hermanas! El matrimonio es una opción. No es la única opción. No es una obligación. No es un deber. El matrimonio puede ser un deseo nuestro, un anhelo, un logro, un sueño hecho realidad, pero no debe ser nuestra única meta en la vida, y mucho menos una obsesión.

    Tristemente, desde niñas nuestras culturas nos han inculcado que una mujer no es «totalmente» una mujer si no se casa, o no es una mujer «realizada» hasta no tener hijos. En muchas congregaciones cristianas la cultura y la presión son la misma, y a veces aún mayor que la mujer encuentra en el mundo secular. No nos dejemos presionar, engañar ni manipular hermanas. Nuestro Señor Jesús nunca dijo que debemos casarnos para considerarnos personas o mujeres «completas.» Somos personas y mujeres completas casadas o no. Seguimos siendo hijas de Dios casadas o no.

    Es verdad que Dios nos creó para vivir en familia y no para vivir solas toda nuestras vidas. Dios creó a Eva como ayuda idónea porque «no es bueno que el hombre esté solo». Génesis 2:18. La excepción a no casarse, para hombres y mujeres igualmente, es si la persona tiene el don de continencia. Como dice Pablo en 1 Co. 7:8-9: «Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; pero si no tienen el don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando.» 

    Demos gracias a Dios hermanas que somos libres en Cristo para decidir. Glorifiquemos a nuestro Dios por tener esta opción viva, vigene y viable. No abandonemos esta opción de decidir libremente en Cristo Jesús. ¡Es muy gloriosa para abandonarla y desecharla!

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