La Palabra de Dios dice que, después de la resurrección, cuando ya amanecía, Jesús llegó a la playa para encontrarse con sus discípulos, quienes habían tenido una noche de pesca improductiva. Les dijo: «Echad la red a la derecha de la barca y hallaréis». Los expertos pescadores sabían muy bien que si durante la noche no habían pescado nada, de día sería absurdo intentarlo. Los discípulos podían elegir entre dos alternativas: obedecer o desobedecer. Ellos decidieron obedecer y el resultado fue que sacaron una gran cantidad de peces.
A través de un sencillo acto de obediencia, los discípulos fueron testigos de un gran milagro. Advirtieron que en el corazón de Jesús siempre están los mejores deseos para sus hijos, aunque a veces ellos no entiendan lo que Jesús les pide que hagan. Ellos habían echado la red toda la noche sin pescar absolutamente nada, pero estaban dispuestos a obedecer.
¿Qué cosa te ha pedido Dios que hagas y que tienes miedo de hacer? ¿Qué razones tienes para sentirte temeroso de obedecer a Diosí ¿Temor a fracasar, deseo de controlar tus propias decisiones, o lo que se te pide no está de acuerdo con tus mejores interesesí Dios desea que lo obedezcas incluso en las cosas pequeñas. No permitas que tu falta de disposición para obedecer a Dios te haga perder las grandes bendiciones que el Señor tiene para ti.
Cada vez que Dios te pide que hagas algo es porque tiene cosas buenas que desea darte. Obedece a Dios hoy, aunque parezca que no es lo mejor para ti.
Juan O. Perla
Meditaciones Matinales para Adultos, 2009
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