He aquí que mi Siervo se portará sabiamente;será elevado, y puesto en alto, y muy ensalzado. Isaías 52:13, V.M.
La Ascensión – el Devocional Diario
Las palabras del profeta Isaías mencionadas en el encabezamiento son una predicción que concierne al Señor Jesucristo. En el capítulo 2 de la epístola a los Filipenses dice que él «se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo»; se hizo hombre, pero siempre fue dependiente y obediente. Su meta en la vida fue cumplir toda la voluntad de Dios. El evangelio de Marcos nos describe especialmente la vida del verdadero Siervo de Dios. Tanto sus palabras como su conducta nos muestran su sabia manera de obrar. Y al final de esa vida de obediencia se hallaba la cruz. Él fue «obediente hasta la muerte, y muerte de cruz».
Entonces se cumplió la segunda parte del versículo del encabezamiento. Dios resucitó de entre los muertos a aquel que le sirvió tan perfectamente: lo elevó. Cuarenta días después de la resurrección, el Señor Jesús dejó esta tierra y volvió al lugar de donde había venido. La expresión «será elevado» señala la ascensión de nuestro Señor.
Finalmente el profeta Isaías dice que será «muy ensalzado«. Con esto se indica la posición que ocupa «a la diestra del trono de la Majestad en los cielos» (Hebreos 8:1), es decir, se le confirió un puesto de honor y poder junto a Dios, el que pertenece sólo a aquel que se humilló hasta la muerte de cruz.
Es notable que el penúltimo versículo del evangelio de Marcos (que subraya el carácter de siervo de Jesucristo) diga: «Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios».
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