Meditaciones Cristianas – El gozo vendrá

    El gozo vendrá 


    Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.  Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.Salmo126:5,6 

     

    ¿Has sido quebrantando alguna vez?  ¿Has sentido que el quebrantamiento de tu corazón fue tan grande que lo único que podías hacer era llorar y lamentarte?  Sabemos que aunque hay mucha risa y mucho bullicio en las calles y los hogares, lo normal para la humanidad es llorar.  El hombre más valiente de la historia, Jesucristo, fue «varón de dolores, experimentado en quebrantamientos».  Aunque era un hombre sereno y feliz, nunca se menciona en la Biblia que haya reído, pero sí dice que «lloró Jesús» (Juan 11: 35).

    El Salmo 126 se refiere al fin del quebrantamiento y del dolor del pueblo de Israel cuando Dios hizo volver «la cautividad de Sion».  ¡Qué hermosas son las palabras del versículo 1!  «Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan».  ¿Cómo serían los años del cautiverio?  Tristes, sin ninguna duda.  El recuerdo de la tierra natal es muy triste y doloroso para los que están desterrados.  Pero el pueblo de Israel sabía que al final llegaría la liberación.  Pero, de momento, el cautiverio era un castigo terrible y la liberación parecía demasiado preciosa como para ser verdad.

     

    Mientras permanecían en el cautiverio, el tiempo se les hacía eterno.  Pensaban que sus pruebas nunca llegarían a su fin.  La pesadilla descrita en este salmo es la del pueblo de Dios viviendo la crueldad de la cautividad en Babilonia, un quebrantamiento que duró setenta años para algunos.  Muchos sentían que nunca más verían la libertad.  Otros ya no encontraban razones para desear y amar la vida.  Todos los días, mientras estuvieron en Babilonia, no podían hacer otra cosa que desear el regreso a su tierra.

     

    Tal vez estás pasando ahora mismo por una terrible crisis, una pesadilla.  Quizá eres víctima de la depresión, y la ansiedad te resulta insoportable.  Quizá estás pasando por una crisis financiera y sientes que estás a punto de hundirte en deudas hasta el fondo.  En fin, ¡son tantas las posibilidades de que el dolor nos alcance en este mundo!  Pero el Señor quiere liberarte de tu cautividad.  Él puede hacerlo de dos maneras: resolviendo ese problema literalmente, o fortaleciendo tu fe para seguir adelante.  El Señor promete que el gozo vendrá.

     

    Confía en él.  El texto de hoy es una maravillosa promesa.  El día está cercano.  Entonces el gozo perdurará en la vida de los hijos de Dios por la eternidad.  Recuerda el versículo de hoy.  Si derramas lágrimas, la recompensa final y segura será gozo inefable y glorificado.


    Juan O.  Perla Meditaciones Matinales para Adultos, 2009

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