«Aunque la visión tardara por un tiempo, mas se apresura hacia el fin y no mentira; aunque tardare, espera lo, porque sin duda, vendrá, no tardara» (Habacuc 2:3)
Miras hacia adelante, y tu mirada se pierde al no ver nada; tu corazón parece derretirse de la tristeza; todo el esfuerzo se esfumo ante la derrota que has vivido.
Guardas silencio ante el silencio y enmudeces ante la realidad; te sientes traicionado y con poco tiempo para ser restaurado.
Jamas imaginaste que lo perderías todo y te escondes del que dirán y aun de ti mismo, de tus luchas y de tus triunfos.
Todo quedo como quedan los escombros después de la guerra, todo quedo como quedan los desamparados; como aquellos de los que se despidió la esperanza; de los abatidos y angustiados; de los que perdieron las mejores oportunidades y únicamente vislumbran el camino hacia el sepulcro.
Así se siente el dolor, así se sufre en el alma, así nace el clamor y así muere también, pero no todo esta terminado, porque en ese momento de gran dificultad y de abatimiento extremo; allí en donde no hay fuerzas ni visión que cumplir, allí llega Dios, allí cumplira su promesa, allí levantara al caído.
El final del dolor ha llegado, y el principio de una nueva vida esta en tu camino.
El tiempo de la tardanza de Dios esta concluyendo, no tardara mas, vendrá y no mentira.
Tu espera sera galardonada, la solución no sera humana, porque vendrá de la mano de Dios, y no tardara.
José Luis Gonzalez
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