Relatos Cristianos – BIENES MATERIALES

    Su trabajo era el de proveedor de calzados. Con regularidad realizaba su labor, visitando los locales habituales y tratando de hacer nuevos clientes. Anotaba los pedidos que pudieran haber y les mostraba alguna mercadería nueva que hubiera en plaza.

    Pero a pesar de que éste trabajo le costeaba sus gastos diarios, el tenía una tarea que consideraba mucho más importante y por lo cuál no escatimaba en tiempo, días o momentos propicios; se interesaba por el estado espiritual de las personas, entre las cuales estaban sus clientes.

    Ministrando sabiamente el tiempo, intercalaba las dos actividades. Estaba siempre atento al estado anímico de las personas, dispuesto para dar una palabra de aliento a quién la necesitara.

    Un día entrando en un comercio y después de haber tratado con el comerciante lo referente a modelos de calzados, precios, calidad y todo lo referente a ese trabajo, tuvo una breve charla con él. Por un momento le prestó cierta atención, pero ya finalizando la charla su cara había cambiado, a lo que el comerciante le afirmó de una forma tajante al proveedor – yo siempre estoy bien, tengo dinero, un comercio próspero, tengo un par de autos último modelo, he viajado a varias partes del mundo y lo seguiré haciendo, le puedo comprar a mi familia todas las cosas que necesiten, en realidad lo tengo todo, no me falta nada -.

    Pasaron los días, y el proveedor de calzados le hizo una visita como las tantas que regularmente hacía. Pero he aquí que cuando llegó al local, se encontró que las cortinas del mismo estaban bajas y en éstas se encontraba una nota que decía «cerrado por duelo»; el comerciante se había suicidado, dándose un disparo en la cabeza con su propia arma.

    «La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes materiales. Pongamos la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra».

    Autor: Luis Alzamendidinero_matrimonio2

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