Tema Cristiano – ¿Un Museo o Una Misión?

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¿Un Museo o Una Misión?

Lectura: Colosenses 2:20-23 (Marcos 7:8) Dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres.pierde su vida por causa de mí, la hallará.  — Mateo 10:39.

Una iglesia localizada en una ciudad grande tenía su edificio en una sección donde había muchos comercios pero pocos residentes.  Un día una empresa grande vino y les ofreció una gran suma de dinero para comprar la propiedad para luego construir una tienda nueva.  Con el dinero la congregación podría comprar una nueva propiedad en una zona residencial de la ciudad y alcanzar a mucho más personas.

Aunque esta idea era favorable para algunos de los congregantes, otros resistían.  Decían que su edificio presente tenía una historia rica y que su arquitectura era del principio del siglo 19.  Grandes eventos en la historia de su denominación se habían realizado allí y algunas figuras famosas en la historia de la iglesia habían predicado desde su púlpito.  Eventualmente la congregación decidió vender la propiedad y hacer el traslado al nuevo barrio lleno de gente y todos estaban contentos porque llegaron a ser fructíferos con la abundancia de nuevos convertidos que llegaron a sus reuniones.  Habían decidido ser una iglesia con una misión y no una iglesia que era un museo.

En todas las iglesias hoy existe la tendencia de convertirse en museos…  si es que no lo son ya.  O sea, nosotros valoramos tanto lo que Dios ha hecho en nosotros que queremos conservar la manera en que Dios lo hizo y hacemos de ello un Nehustán.  Para entender lo que es un Nehustán, tienes que leer Números 21:9.  Este relato histórico habla de una obra que Dios hizo cuando pecaron los hijos de Israel.

Él envió serpientes para hacer juicio entre los rebeldes.  Pero cuando clamaron a Dios, Él mandó a Moisés a hacer unaserpiente de bronce para que todo aquel que tuviera fe que fuera y mirara la serpiente de bronce sería sanado.  Y así fue.  Era una obra maravillosa y claramente era obra de Dios y Cristo se comparó a si mismo a este evento (Juan 3:14). Pero años después leemos en II Reyes 18:4, que la gente había hecho un dios de la misma serpiente de bronce y le llamaban Nehustán.

Una lucha semejante se indica en los Evangelios.  Los fariseos y escribas no querían ningún cambio en su religión. Sus sinagogas eran museos. Ellos

estaban seguros de que tal como habían hecho las cosas por muchos años, así deberían seguir sin alterar cosa alguna.  Entonces vino este Jesús de Nazaret y quería convertirlo en un lugar con una misión.  Él comenzó a volcar todo (especialmente las mesas) y cambiar todas sus reglas religiosas.  Peor todavía, él comenzó a dar enseñanzas tan radicales como, «la gente es más importante que las tradiciones» (Mateo 12:12; Mateo 23:23; Marcos 2:27).

La mayoría de las costumbres y tradiciones de las iglesias hoy no son Bíblicas. Son costumbres nada más.  Pero si alguien quiere cambiarlas es como si blasfemaran al Espíritu Santo.  El problema es que muchas veces la gente no hace un verdadero estudio de las Escrituras para saber qué es lo que la iglesia debe ser y cómo debe ser.

SI NO ESTA EN LA BIBLIA, NO DEBEMOS TEMER EN CAMBIARLO.

(Colosenses 2:8) Mirad que nadie os haga cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los principios elementales del mundo y no según Cristo.

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