Sólo hay una forma de ser o tratar de ser recíproco con Jesús; una sola cosa nos pide: «apacienta mis ovejas». Si me amas has de hacer lo que yo te pido, lo que yo quiero, lo que te ordeno…Y lo que quiero es que tus hermanos tengan paz. ¡Esa es nuestra misión!
El Señor no quiere muchas palabras…no quiere declaraciones de amor, quiere hechos. Por otro lado nos reclama una actitud amorosa hacia los demás, hacia el Pueblo suyo, hacia la Iglesia. Porque no de otra forma se puede apacentar… El Señor sabe de nuestras constantes fallas, de nuestra poca perseverancia, de nuestras debilidades tan bien encarnadas por Pedro, quien, como sabemos, lo negó tres veces.
Por eso le pregunta tres veces lo mismo, sabiendo que habremos de equivocarnos, que habremos de asustarnos algunas veces y que le fallaremos; pero lo importante es no quedarnos en el error, sino reconocerlo, pedir perdón…reconciliarnos y volver a intentarlo. Si caes, levántate…no te quedes allí, vuelve a tu misión, a la misión que el Señor te ha encomendado: apacienta mis ovejas.
¿Me amasí Apacienta mis ovejas…
¿Te gustó este artículo?
Suscríbete a nuestro canal de YouTube para ver videos sobre temas bíblicos.
Visita nuestros cursos bíblicos.
Se miembro de nuestro ministerio y obten todos los recursos.