Estudios Bíblicos – La grandeza de la humildad

La-Humildad-CristianaEstudios Bíblicos – La grandeza de la humildad

«Revístanse todos de humildad en su trato mutuo, porque:

Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes.

Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo»

1 Pedro 5:5-6

P

ara el mundo, humillarse es una locura, un pecado, una tontería, tal como Pablo lo deja ver en la pregunta que les hizo a los creyentes de Corinto: ¿Es que cometí pecado al humillarme yo? 2 Corintios 11:7. Por el contrario, exaltarse es un deporte popular: Todos, o casi todos, buscan formas de exaltarse a sí mismo, de hacerse notorios, reconocidos, etc. razón tenía el Señor Jesús cuando dijo que buscar el primer lugar encierra el terrible riesgo de ser avergonzado, ver Lucas 18:7-11

El camino hacia la humildad:

Partiendo de la premisa de que la humildad es una virtud, de que cultivarla encierra una serie de beneficios que todos buscamos (a los humildes se les concede honor en la victoria, riquezas, honra y vida, ver Salmo 149:4; Proverbios 22:4), y de que todos deberíamos alcanzarla, permítanme enseñarles que hoy caminos para llegar a la humildad:

1.      Voluntariamente:

La vestimenta del cristiano debe ser la humildad, Colosenses 3:12.  La humildad es algo que yo debo esforzarme en alcanzar, depende de mí, de cuán dispuesto este a morir, Santiago 4:10

Esta opción es difícil, requiere perseverancia pero es la más inteligente.

2.       A la fuerza:

Lamentablemente esta es la opción más común. Aquí la iniciativa no está en el lado humano sino en la fuerza de Dios, quien nos somete a un dura trato hasta pulir el orgullo y transformarnos en humildes.

  • Cuando Dios humilla, siempre duele.
  • Cuando Dios humilla, tiene un gran propósito, Salmo 119:71
  • Cuando Dios humilla, no se detiene hasta que inclines la cabeza.

La pregunta a Faraón: ¿Hasta cuándo te negarás a humillarte en mi presencia? Éxodo 10:3 revela la intención divina de llevarnos a tomar conciencia de nuestra pequeñez y su grandeza. Como reveló su plan a Israel, también nos revela sus intenciones para con nosotros: El Señor tu Dios te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón.

Entendiendo que hay dos caminos para alcanzar la humildad, ¿cuál ha sido tu opción? Algunos viven como si la humildad no fuera necesaria, otros viven padeciendo una dificultad tras otra; pero muchos no entienden que la mano de Dios lo controla todo, que siempre hay un propósito detrás de cada circunstancia, y que lo más inteligente siempre será «humillarse bajo la poderosa mano de Dios hasta que se cumpla el tiempo de su disciplina y nos encuentre en la posición que Él quiere»

Distinguir entre humildad auténtica y humildad falsa

«Todo esto es una sombra de las cosas que están por venir; la realidad se halla en Cristo.  No dejen que les prive de esta realidad ninguno de esos que se ufanan en fingir humildad y adoración de ángeles» Colosenses 2:17

En este mundo donde todo se falsifica, también hemos falsificado la humildad. Aquí y ahora hay personas que exhiben algo que llaman humildad, pero sólo es una imitación burda de la verdadera humildad.

La verdad es que la humildad falsa se ha propagado rápidamente, ahora se la encuentra en todo lugar, hasta en las iglesias. La falsa humildad –por ser tan común– se resiste a desaparecer, se pone terca y trata de pasar como la única. Hagamos un contraste para distinguir una de otra.

La humildad falsa se parece mucho a la auténtica en lo exterior, pero la diferencia está en las motivaciones internas. La falsa humildad en realidad se «ufana», «alardea», «se envanece» y «no se sujeta».

1.      La falsa humildad satisface el yo, lo hace sentir bien. La humildad auténtica más que satisfacer, duele.

2.      La falsa humildad hace que el poseedor se engría; la auténtica humildad hace que su poseedor no piense en sus virtudes porque está concentrado en sus defectos.

3.      La falsa humildad disfruta de mostrarse públicamente; la humildad auténtica no encuentra nada para presumir y mucho para cambiar.

4.      La falsa humildad en realidad es soberbia santa, la auténtica realmente es orgullo muerto.

5.      La falsa humildad parece piadosa pero se resiste a sujetarse y por eso siempre camina del brazo de la crítica; la humildad auténtica ayuda a someterse rápidamente y a comprender a los demás.

6.      La falsa humildad termina en critica a los demás; la humildad auténtica siempre termina en perdón.

¿Cuál de las dos conocesí ¿Cuál poseesí A veces no tenemos mala intención, pero hemos sido engañados, nos han dado gato por liebre, y después de tanto tiempo nos parece que lo falso no es falso, y que lo auténtico no existe porque sólo es un ideal.

Sin embargo, es posible cultivar la humildad auténtica, sembrarla en nuestras vidas y cultivarla hasta producir vidas y experiencias milagrosas. La Biblia menciona a un hombre que cambio la falsa humildad por la auténtica, le fue difícil, tuvo que pasar como cuarenta años, pero al fin lo consiguió: Si, se trata de Moisés.

«Moisés había tomado por esposa a una egipcia, así que Miriam y Aarón empezaron a murmurar contra él por causa de ella. Decían: ¿Acaso no ha hablado el Señor con otro que no sea Moisésí ¿No nos ha hablado también a nosotrosí Y el Señor oyó sus murmuraciones. A propósito, Moisés era muy humilde, más humilde que cualquier otro sobre la tierra»

Números 12:1-3

Sugerencias prácticas para avanzar en la humildad

1.      Concéntrate en ser humilde, no atrevido.

«Me he hecho un necio al gloriarme; vosotros me obligasteis a ello, pues yo debía ser alabado por vosotros; porque en nada he sido menos que aquellos grandes apóstoles, aunque nada soy» 2 Corintios 12:11

2.      Acostúmbrate a tratar a los demás con dignidad.

«Es un regalo para usted, mi señor Esaú, que de sus ganados le manda su siervo Jacob. Además, el mismo viene detrás de nosotros» Génesis 32:18

3.      La humildad se cultiva en el trato afectuoso a los demás.

«Revístanse todos de humildad en su trato mutuo, porque Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes» 1 Pedro 5:5

4.      Eres humilde cuando inclinas la cabeza.

«… Afligido, inclinaba la cabeza, como si llorara por mi madre» Salmo 35:14 NVI

«… Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba» Salmo 35:14 RV

5.      La humildad sólo es el primer paso para la grandeza, después vienen la oración, búsqueda, cambio y victoria.

«Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra» 2 Crónicas 7:14

En otras palabras, para ser humilde tienes que ser como Jesús: «Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo. Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma» Mateo 11:27-29

Así es, Jesús –el rey del universo, dueño absoluto de todo lo que existe– fue y es perfectamente humilde. Su humildad no es exterior, está en el corazón. Su humildad no busca el reconocimiento de otros, busca dar descanso y bendición.

¿Quieres ser humilde? La visión de los tiempos finales afirma que llegará un día en que todos, grandes y chicos, pobres y ricos, inclinen el rostro ante Jesús y de rodillas confiesen que Él es Señor. Algunos llegaran a ese día acostumbrados a someterse a su voluntad, otros lamentablemente se sorprenderán y llorarán amargamente.

Algún día todos nos vamos a humillar. Unos para recibir castigo, otros para entrar en el reino de Dios, ¿por qué esperar ese día cuando puedes comenzar a ser humilde hoy?

Miguel A. Bardales

4 COMENTARIOS

  1. De verdad que esto afectara a mas de uno…gracias a los editores porque nos afecte tremendamente…trabajaron de la mano de Dios amen.

  2. De verdad gracias a mi «SEÑOR» por todas las actitudes y aptitudes que el nos regala para seguir como quiere el. Estoy seguro que nuestro «DIOS» nos mira a cada uno con un amor sin limite pero ahi el diferencia nuestra manera de buscarle con una humildad autentica o con una soberbia disfrazada.

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