DEVOCIONAL DIARIO – PAPA

DEVOCIONAL – PAPA

«Abraham se levantó de madrugada y ensilló su asno. También cortó leña para el holocausto y, junto con dos de sus criados y su hijo Isaac, se encaminó hacia el lugar que Dios le había indicado.» Génesis 22:3 (NVI)

Hoy se celebra en Argentina el día del padre y seguramente en muchos hogares, hubo regalos, besos y abrazos. Pero no fue así para Abraham. Ya anciano disfrutó de su único hijo durante años, hasta que Dios le hace este pedido: Quiero que sacrifiques a tu único hijo Isaac, el de la promesa. Era un pedido muy duro. Dios le había prometido a Abraham formar una nación de su simiente, pero solo tenía un hijo. Su esposa era estéril pero había concebido a Isaac siendo ambos viejos. Dios le estaba pidiendo al ser que más amaba sobre toda la tierra.

Abraham tenía que cortarle a su hijo el cuello con un cuchillo para satisfacer el pedido de Dios. Durante el largo trayecto hasta el monte señalado, seguramente Abraham dudaba, sufría y lloraba en silencio. Le costaba cada paso y no podía entender el capricho de Dios de darle un hijo precioso para después sacárselo. No era justo.

Sin embargo, avanzaba. Sabemos el final de la historia, pero hasta que el ángel lo detiene, Abraham tenía el corazón destrozado de tener que asesinar a su hijo. ¡Feliz día papá, Dios proveyó un carnero para el holocausto! ¡Cómo habrán bajado ambos el monte, casi corriendo y sonrientes de alegría!

Dos mil años más tarde, hubo otro Padre que llevó a su Hijo a un monte para sacrificarlo. En lugar de cortarle el cuello, tuvo que permitir que lo crucificaran. No pudo acompañarlo con su mano en el hombro mientras subía el monte. Cristo tuvo que hacerlo solo, apenas si Simón le ayudó con el madero. En el instante antes que los clavos atravesaran su carne, Cristo habrá mirado al cielo. No había ningún carnero enredado en ninguna nube para reemplazarlo en la cruz.

La masa romana golpeó con dureza el clavo ancho y oxidado y el grito desgarró el cielo. Tanto era el dolor del Padre que oscureció la tierra durante horas para tratar de no mirar. Pero no podía no verlo a Cristo sufriendo. Y cuando el Hijo le reclamó por qué lo había abandonado al llevar todos mis mugrientos pecados, Dios el Padre solo hizo silencio. ¿Feliz día del Padre? Ni.

REFLEXIÓN — Lo hizo por ti.

Un gran abrazo y bendiciones

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