DEVOCIONAL – DIOS NOS LIBRA DEL ENEMIGO

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«Saúl avanzaba por un costado del monte, mientras que David y sus hombres iban por el otro, apresurándose para escapar. Pero Saúl y sus hombres lo tenían rodeado. Ya estaban a punto de atraparlo.» 1 Samuel 26:23 (NVI)

La escena es de una película de Cameron. Un ejército de 600 hombres huyendo de uno de 3000. Un monte que los separa, de un lado avanzaba David con sus 600 soldados cansados. Del otro lado el rey Saúl con sus 3000 hombres escogidos. La trampa ya estaba preparada. La táctica tenaza estaba por cerrarse. Saúl comandaba su tropa que avanzaba rápidamente para tratar de aventajar a David y a los suyos y llegar antes que ellos al otro lado del monte. Por detrás, otra tropa de Saúl avanzaba desde las espaldas de David para cercarlo.

No tenían radares ni GPS, por lo que se movían por intuición. No había donde esconderse, ni era recomendable presentar batalla. La superioridad numérica condenaba al ejército menor a la derrota. Esta vez, el escurridizo David tenía las horas contadas. No tenía manera de evitar el encuentro con Saúl y como estaban planteadas las cosas, no habría escapatoria.

Cuando de repente, le llega a Saúl un mensajero agotado. Traía malas noticias. Los filisteos habían invadido el país y la guerra amenazaba. La decisión era seguir con la persecución y permitir que los enemigos avanzaran en su reino robando, matando y destruyendo; o desistir de capturar a David y emprender una campaña rápida para expulsar a los filisteos de su territorio. El bien nacional fue más importante que el deseo personal y Saúl da la orden de cambiar la dirección de su ejército.

Desanda el camino realizado y se orienta a enfrentar al ejército filisteo. David no sabía nada de todo esto. Se enteró algún tiempo después por sus informantes. Pero ese día de ansiedad y angustia, mientras avanzaba cansado forzando a sus soldados a correr con más prisa, esperaba lo peor. Pero Saúl nunca apareció. Dejan la ladera del monte y la llanura estaba vacía. Así que apuran el paso para buscar refugio en otro monte. Avanzan rápido mirando para atrás, pero no se ve el humo que levantaría la caballería. Dios lo había salvado con un milagro.

Hoy Dios sigue teniendo el mismo poder de librarte, ¿Quién te persigue? Dios puede darte la victoria. ¡Confía en Él! Nunca llega tarde.

REFLEXIÓN – Dios todavía te puede librar, esperalo.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

2 COMENTARIOS

  1. cuando parece que no hay esperanza,cuando estamos en un callejon sin salida,el todopoderoso esta para extendernos su brazo .gracias DIOS xq a cada dia nos animan con esta porcion de las santas escrituras para fortalecernos a cada dia

  2. Primeramente gracias a Dios por permitir que se predique la palabra de Dios y espero que sigan a delante y felicitaciones desde que leeo estos mensanjes son de bendicion para mi vida

    QUE DIOS LES BENDIGA

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