DEVOCIONALES – LA GUERRA QUE VIVIMOS

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«Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza» Efesios 6:12-13

E

l titulo del sermón podría parecer demasiado trágico, como si la vida fuera una experiencia traumática, sensación que aun presente, siempre es negada. Salvo algunas personas que han sufrido grandes desgracias, la gran mayoría creemos que la vida es hermosa, llena de oportunidades y ocasiones para ser felices junto a nuestros seres queridos, amigos y compañeros de travesía. Esta es la verdad.

Sin embargo, el titulo del sermón no pretende amargar el espíritu de la gente feliz sino todo lo contrario, advertir que nada ni nadie debería estropear nuestra felicidad porque los conflictos que enfrentamos (a todos les toca enfrentar situaciones difíciles de manejar) no suceden por culpa de personas mal intencionadas sino porque el diablo trama, inspira y ataca a través de diversas modalidades. Por eso el pasaje comienza con una advertencia: nuestra lucha no es contra personas sino contra fuerzas malignas, queriéndonos decir que la guerra que vivimos, las dificultades y adversidades, las trampas y amenazas no son obra de la gente que no te quiere (el jefe en el trabajo, el compañero que levante chismes, el hermano que se resiente e insulta, o la pareja que pelea, etc.) sino del diablo.

Esta aclaración es importante porque más de una vez hemos perdido el rumbo por confundir al enemigo. Ocupados en proyectos, afanados por alcanzar metas, de pronto nos hemos visto atacados, saboteados y nuestros ojos han buscado el culpable. Queriendo avanzar, nos hemos confundido. Hemos encontrado resistencia en personas de carne y hueso, y qué hemos hecho: los hemos llamado «nuestros enemigos».

¿Quiénes son tus enemigosí Definitivamente no son las personas que te rodean sino el diablo que lanza ataques sin descansar. Esto que parece fácil de comprender, sin embargo se topa con nuestros sentimientos y percepción; por eso la Biblia aclara: nuestra lucha no es contra otros seres humanos sino contra el diablo, ¿podemos comprenderlo?

El miércoles, mientras tenía mi tiempo devocional, Dios me habló con la historia que hoy deseo compartir con ustedes. Es una historia que todos deberían leer (se encuentra en 2 Samuel 3, 4 y 5), y que trataré de resumir para sacar lecciones que pueden hacer una gran diferencia en nuestra forma de ver la vida. La historia ocurrió aproximadamente en el siglo IX a.C. cuando a la muerte de Saúl, Israel se partió en dos: la tribu de Judá que reconoció a David como rey, y las demás tribus que levantaron al príncipe Is-boset como gobernante; ambos líderes se declararon la guerra y entonces sucedió lo que quiero contarles. Los personajes de la historia son David, Abner, Is-boset, Joab y Mical.

La trama es cómo sigue: En aquella época la gente vivía en medio de una guerra. Por un lado estaban David y sus hombres, por el otro lado estaban Is-boset y su ejército; enfrentados y luchando encarnizadamente, sin tregua ni pausa, viviendo una guerra que no tenía cuándo acabar. Entonces las cosas comenzaron a cambiar:

  • Abner tuvo una discusión con Is-boset que lo llevó a comprender que Dios deseaba darle el reino a David.
  • David le escribió una carta a Is-boset, pidiéndole que le devuelva a su esposa Mical. Este detalle hizo que Is-boset se diera cuenta que Dios estaba con David.
  • Abner visitó a David e hizo un acuerdo de paz.
  • Las demás tribus aceptaron el gobierno de David y todo quedo listo para la reconciliación nacional.

Cuando todo parecía indicar que había llegado la paz, apareció en escena Joab, el general más importante del ejército de David; este se enteró de los acuerdos que David y Abner habían firmado, y en vez de alegrarse se enojó mucho, creyó que todo era una trampa, que David era un ingenuo al que estaban engañando, que la oferta de paz era una mentira y que Abner jamás dejaría ser su enemigo. Entonces, lleno de ira, salió a buscar al general Abner, lo encontró a mitad de camino, lo invitó a conversar, y mientras caminaban, clavó un puñal en su corazón.

En un instante la paz se esfumó. Volvió a comenzar el reguero de sangre: dos hombres entraron a escondidas, asesinaron a Is-boset, le cortaron la cabeza y se la llevaron a David para celebrar; cientos de familias de familias huyeron y David eligió esperar, hacer duelo y lamentar el inútil derramamiento de sangre.

En los días que siguieron todo volvió a encaminarse. David, finalmente fue reconocido como rey en todo Israel, pero la muerte de personas valiosas, y el dolor de familias inocentes cayó sobre los hombros de Joab, quien tuvo que pagar las consecuencias de sus arrebatos, ¿qué nos enseña esta historia?

Antes de sacar conclusiones, permítanme recordarles la declaración de Pablo: No estamos en guerra con ninguna persona sino con el diablo. Hay que aplicar este principio a nuestra historia, y descubrir que Abner representa al creyente que entiende que es parte de una guerra espiritual, que no vale mantener odios y distancias personales sino dejarse llevar por la guía de Dios; mientras que Joab representa al creyente que cae en el error de creer que tiene enemigos personales, que lo odian y debe odiar, que lo molestan y debe resentirse, guardar rencor, alejarse, enojarse y olvidar que somos parte de un proyecto mayor.

Al decir esto, quiero que pienses en las cosas que no te salen bien, en las personas que se levantan para oponerse a tu avance, y en las veces que te has enojado, resentido y fastidiado con ellos. Hoy quiero explicarte:

1. Que las cosas suceden en dos niveles.

Hay dos niveles: espiritual y natural. A nivel espiritual Dios hace y provoca sucesos que cambian la historia. A nivel humano, las personas tienen impresiones de lo qué ven y sienten, por eso suponen que algo tendrá que pasar, y reaccionan, actúan, toman decisiones que traen consecuencias funestas. Dios movió a Abner, Joab se movió a sí mismo. Abner dio un paso hacia el reinado de David, Joab se olvidó de todo y sólo actúo sintiendo que era su obligación vengarse. Abner fue instrumento de Dios, Joab fue instrumento de sí mismo.

2. Que no comprender el mover de Dios puede llevarte a cometer torpezas.

Joab pensó que nadie más que él tenía razón, creyó que era el único que se daba cuenta de las cosas. Su odio lo cegó, lo convirtió en asesino. El ver la vida solo en el plano natural, sin considerar lo que Dios está haciendo, definitivamente te llevará a cometer torpezas, errores que más tarde te cobraran un alto precio.

3. Que es un error tener una guerra personal porque la guerra es de Dios.

Joab olvido por qué estaban luchando, cuál era la razón para ese largo pleito. Recordemos: La guerra no fue por odio sino porque Dios había levantado a David y los demás no lo querían comprender. Apenas ellos lo reconocieron, ya no era necesario pelear. Joab armó su propia guerra, levantó enemigos personales, cultivó emociones negativas: odio, rencor y amargura, y por sentirse burlado no pudo hacer la paz.

4. Que no hay que actuar por reacción sino por principios.

Cuando te abofetean, insultan y maltratan qué difícil es mantenerse controlado; lo más fácil es reaccionar, responder y atacar más fuerte. David pudo hacerlo, pudo capturar al general Abner y vengarse de todo lo que había sufrido, pero David conocía que Dios lo había llamado para algo más grande, y en honor al llamado de Dios, decidió controlarse y actuar por principios.

5. Que mientras confíes en Dios, la victoria es segura.

La historia relata los detalles finales que convirtieron a David en rey de Israel, pero detrás de esta historia hubieron cerca de quince años de persecución y maltrato, ¿cómo soportó? La única explicación es que David confío en Dios cuando le tocó disfrutar «de los delicados pastos en los que podía descansar», y también cuando fue necesario atravesar «el valle de sombre de muerte». La confianza en Dios es el secreto de una vida victoriosa.

6. Que cuando Dios lo decide, las circunstancias cambian en un instante.

El relato presenta incidentes que parecieron no tener importancia: la discusión entre Is-boset y Abner, la carta de David, el regreso de Mical, etc. Pero la verdad es que «estas casualidades» fueron usadas por Dios para cambiar las circunstancias. Como ayer, hoy también Dios está moviéndose a nuestro favor, puede que no te des cuente, pero Él está trabajando para el bien de su pueblo: detalles, conversaciones, sueños, pequeñas oportunidades, etc. son señales de que su mano poderosa pronto se levantará para cambiar la tristeza en gozo. Es cuestión de confiar.

7. Que en vez de andar peleando, tienes que vivir confiando.

Pelear, resentirse, amargarse, y todo tipo de reacciones parten de creer que eres importante, que el conflicto es por envidia, o porque eres demasiado inteligente, o muy bello. No te engañes, el diablo no te ataca porque eres importante, lo hace porque odia a Dios y quiere molestarlo. ¿Qué debes hacer? No le hagas el juego al diablo, él quiere que te enojes, maldigas, reniegues y pierdas tu comunión con Dios. En vez de eso: confía y sigue confiando en Dios. Él es nuestro escudo y defensor, Él es quien defiende nuestra cabeza. La frase de Pablo: no tenemos lucha contra seres humanos significa que las armas de este combate tampoco son terrenales sino espirituales. Si pelear en el mundo significa lanzar insultos y amenazas, pelear en el terreno espiritual significa básicamente confiar en Dios pase lo que pase.

8. Que en vez de desesperarte, hoy debes declarar que eres más que vencedor.

Declararte vencedor es un acto de fe, una confesión que alaba a Dios y derrota al enemigo. Hagámoslo juntos: «Diablo, escúchame bien: Has levantado amenazas contra mí porque soy el hijo de Dios, pero este día declaro que no estás peleando conmigo sino con el Señor de señores y Rey de reyes; así que, escúchame diablo: estás derrotado y yo soy más que vencedor en Cristo Jesús ¡Amén!» ¿Qué se siente? ¿Qué sentirá el diablo? ¡Qué importa, está es la verdad: somos más que vencedores!

9. Que si estás del lado correcto, los que hoy se oponen, desaparecerán.

La historia que les he contado comienza con una hermosa frase: «David se iba fortaleciendo, y la casa de Saúl se iba debilitando» 2 Samuel 3:1, lo que significa que en tanto te mantengas en el lado correcto, los que hoy se oponen comenzaran a debilitarse hasta desaparecer. Personalmente, a mí me gusta esto porque si me mantengo pegado a Dios, yo me haré más fuerte y los otros se volverán raquíticos, pequeños, debiluchos, llegará el momento en que serán como nada.

10. Que lo más conveniente es pertenecer al bando de Dios.

Esto que parece elemental sin embargo merece nuestra última reflexión: En la vida solo puedes estar en uno de los dos bandos: o estás con Dios, o estás con el diablo; o estás con los que vencerán, o estás con los que serán derrotados, ¿con quién estásí

Algunos piensan que se puede estar con ambos. Eso es un error. O estás con Dios, o estás con el diablo.

Estar con Dios significa hacer lo que le agrada, pensar como Él piensa, andar por dónde Él camina. En otras palabras, no se puede estar con Dios a la distancia, tibiamente, cuando estás inspirado, y mantenerte alejado cuando se te cruzan los chicotes.  No, para estar con Dios hay que hacer una promesa: Te seguiré todos los días de mi vida. Y lo más importante: hay que cumplirla.

En otras palabras, si hasta aquí has caminado a veces con Dios, y a veces contigo mismo por no decir con el diablo, hoy quiero invitarte a tomar la decisión más importante de tu vida: entregarte a Dios desde hoy y por toda la eternidad. Si hoy te entregas a Dios, permíteme darte un consejo final:

Vive por principios, y confía que las circunstancias están en las manos de Dios.

Miguel A. Bardales

La Molina, 22 de agosto del 2010

1 COMENTARIO

  1. EN PRIMER LUGAR , QUIERO DAR GRACIAS A DIOS POR HABER PERMITIDO ESTE ENLACE A TRAVES DEL CORREO ELECTRONICO, PORQUE HACE MUY POCO TIEMPO QUE, NUEVAMENTE GRACIAS A LA BENDICION DE NUESTRO PADRE CONQUISTAMOS LA COMPU Y RECIBIR TODOS LOS DIAS ALGO PARA CRECIMIENTO ESPIRIRUAL Y EDIFICAR SOBRE LA ROCA, SOMOS MAS QUE VENCEDORES, YO ESTOY MUY AGRADECIDA PORQUE SIEMPRE EL USA A ALGUIN O ALGO PARA QUE PENSEMOS Y TENGAMOS CERTEZA QUE LO QUE ÉL DETERMINO PARA NOSOTROS EN SU TIEMPO LO HARÁ. BENDICIONES.

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