DEVOCIONALES CRISTIANOS – MOTIVOS

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«Ésta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero la humanidad prefirió las tinieblas a la luz, porque sus hechos eran perversos.» Juan 3:19 (NVI)

En su charla con Nicodemo, Jesucristo dejó algunas perla de gran sabiduría. Y nos dejó el texto más maravilloso de toda la Biblia, el verso 16. Luego de expresar esta máxima, Cristo aclara que Dios no quiere condenar al mundo, al contrario. Tanto lo ama y tanto se preocupa por cada persona, que envió a Jesucristo para que muriera en la cruz reemplazándonos en el castigo divino.

Siempre me asombra pensar en esto. No existe ninguna razón para que Dios me amara y me viniera a buscar. Mucho menos para que permitiera que Jesucristo tenga que morir para que yo pueda vivir. Si yo hubiera sido Dios, habría buscado otras alternativas para salvar a sujetos como yo. Y les hubiera puesto condiciones severas por incumplimiento. Pero Dios no es como yo ¡¡¡gracias a Dios!!! Y su amor excede todo conocimiento.

Nos salva y nos ama porque es Dios. NO hay ninguna otra razón. Por eso es que la condenación que el ser humano sufre, es por su propia culpa. ¿Quién sería tan tonto como para rechazar un regalo de U$S 1.000.000? Sin embargo el ser humano se niega a recibir el regalo de la salvación que Dios ofrece a través de Jesucristo. ¿Cuánto vale la vida de Jesucristo? Es invaluable, y sin embargo la menospreciamos.

La explicación que Cristo da para un comportamiento tan extraño y poco habitual es simple: Porque sus obras eran malas. La humanidad prefirió las tinieblas a la luz de Jesús. Eligió vivir según sus pautas de conducta y sus deseos en lugar de acceder a los beneficios del cielo.

Censuramos la dureza de los judíos que crucificaron a Jesucristo, criticamos a la multitud que frente a Pilato gritó que lo crucificaran, reprochamos a los incrédulos que ofenden y niegan a Cristo. Pero muchas veces, con nuestras actitudes cotidianas nos comportamos igual que ellos.

Rechazamos la luz de Jesús, y tratamos de vivir en las tinieblas de nuestra oscura conciencia. Actuamos con perversidad y estamos lejos de Dios. Solo los perversos rechazan a Cristo, aunque Él los sigue amando y esperando. Que no seas vos hoy uno de ellos. ¿Cuál es tu motivo para vivir como estás viviendo?

REFLEXIÓN — Tu motivo es evidente.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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