DEVOCIONALES DIARIOS – RESTAURACIÓN

DEVOCIONAL CRISTIANO – RESTAURADO

«Se acercó, le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó.» Lucas 10:34 (NVI)

La historia del buen samaritano es una de las más conocidas de la Biblia. Y de las muchas enseñanzas que se pueden sacar de ella, escuche anoche este concepto que me sedujo.

El enemigo siempre lastima, en la historia el caminante había sido desnudado, lastimado y dejado medio muerto. No es muy distinta a la realidad que nos toca vivir hoy con tanta violencia. Pero la aplicación espiritual es aún más terrible. El diablo lastima nuestra alma, nos quita la paz y nos desnuda dejándonos vacios. Nos promete mucho, nos da poco y nos saca todo. Y cuando lo hizo, nos deja tirados como aquel hombre de la parábola.

Ni el sacerdote ni el levita se detienen, y prefieren seguir su camino. Pero el samaritano fue movido a misericordia. Vio al caminante herido de muerte y aunque no eran amigos, ni tenían relación decidió detenerse para ayudarlo. Igual que hizo Jesucristo con vos y conmigo. Nos vio sin esperanza y condenados al infierno y decidió ayudarnos. ¡Un grande de verdad!

Así que se acercó, curó las heridas y las vendó. Primero nos sanó el alma. Y luego nos hizo montar sobre su propia cabalgadura. Y este es el concepto que seduce. El que estaba tirado, desnudo y moribundo, termina la historia montando sobre un caballo y regresando a casa. El que había perdido todo, regresa dignamente. Porque el Señor Jesucristo tiene esta gracia adicional. No solo nos salva y nos sana, sino que además nos reivindica. Nos devuelve la dignidad que teníamos y nos pone en un lugar de privilegio.

En esta sociedad que siempre te tira para abajo y que nunca te reconoce tus logros Jesucristo te ofrece devolverte el valor que tenías. Tal vez hoy no estés mal y te sentís satisfecho con tus logros. Tal vez hoy estás necesitando cambiar tu situación que te agobia y te entristece. Tal vez hoy estás como el caminante, tirado al lado del camino sin futuro.

Cualquiera sea tu situación, hoy Jesucristo te quiere llevar en su cabalgadura, y darte una dignidad que nunca antes tuviste y que el dinero no puede comprar. Ser un hijo de Dios es ser el heredero del universo.

REFLEXIÓN — Subete.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

2 COMENTARIOS

  1. gracias por el tiempo diario de los DEVOCIONALES que nos permitirá un encuentro personal con nuestro creador.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí