REFLEXIONES – SANO Y NORMAL

REFLEXIONES CRISTIANAS – «SANO Y NORMAL»

por el Hermano Pablo

Le encontraron 1.800 corbatas de seda; 88 pares de shorts, también de seda; 172 juegos electrónicos, 45 saleros y pimenteros; 32 peines; 28 portaplumas; y una enorme cantidad de billeteras y carteras de cuero fino.

Aquella colección tenía un valor de 45.000 dólares y era el orgullo de su dueño, Ka Kin Chang, de Hong Kong. Ya satisfecho, disfrutaba de su colección cuando la policía se lo llevó preso. Todos esos objetos los había robado a lo largo de ocho años.

«Este hombre es sano y normal —opinó el psiquiatra que lo evaluó—. No me explico por qué robaba.»

He aquí un juicio psiquiátrico interesante. Según los parámetros de la psiquiatría, Ka Kin Chang era un hombre «sano y normal». No había nada en él que se pudiera catalogar como complejo, aberración, paranoia o esquizofrenia. Por el contrario, era un hombre de negocios, culto, educado e inteligente, completamente «sano y normal». Pero robaba. Y además de robar, mentía y llevaba una vida doble, y estaba totalmente inconsciente del daño que hacía. Sin embargo, para la psicología, o por lo menos para el psicólogo que lo examinó, era un hombre «sano y normal». Con razón nos preguntamos: ¿Cómo puede la psiquiatría declarar sano y normal a un sujeto que lleva esa clase de vida?

Si ponemos a ese hombre bajo el escrutinio de las eternas e inmutables leyes divinas, éstas nos muestran que él era un pecador con un carácter corrupto y que por consiguiente no reunía las condiciones del eterno Dios para ser considerado sano y normal.

Los psicólogos podrán dar cualquier dictamen respecto a los delitos que cometen las personas, pero la eterna e infalible Palabra de Dios afirma que la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23). Es decir, la Biblia considera que el pecado es el causante de la muerte, y si el pecado causa la muerte, entonces es una enfermedad, y más aún, es una enfermedad mortal. De modo que al pecador no se le puede calificar como «sano y normal».

Dios determina con justicia lo que es bueno y lo que es malo, lo que es aceptable y lo que es reprochable, y nos dice que todos necesitamos ser transformados. Esa transformación es imprescindible porque estamos enfermos. Sólo Cristo puede limpiar al injusto. Él ya pagó en la cruz el precio de nuestra limpieza. Él quiere vernos sanos.

2 COMENTARIOS

  1. Me gustó muuuucho esta reflexión! Es muy cierto lo que explica el Hermano Pablo…el pecado en el hombre es otro tipo de enfermedad del cual los seres humanos deberían de prestar urgente atención y determinación para que esa enfermedad no le siga haciendo daño. Y es que el pecado es la enfermedad que corrompe al alma. La medicina que cura esta enfermedad se llama JESÚS y no existe replica, ni medicina genérica que haga el mismo efecto en tu alma. Saben porqué? Porque sólo Él fue el único que dio su vida por ti y por mi en la Cruz del Calvario para que ahora seamos sanos y salvos del pecado.
    Muchísimas gracias Calithos por compartir tan hermosa y edificante reflexión con nosotros. Que el Señor te continue bendiciendo!

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