Devocional Diario – La Negación

Devocional Cristiano – La Negación

«Ellas han negado al Señor, y hasta dicen:¡Dios no existe! Ningún mal vendrá sobre nosotros, no sufriremos guerras ni hambre.» Jeremías 5:12

Jeremías estaba describiendo las razones por las cuales, Dios iba a enviar un castigo ejemplar al pueblo de Judá. No había quien se salvara. Todos habían fallado. Desde los príncipes y sacerdotes, hasta el labrador más pobre del país, todos se habían alejado de Dios. Desde la óptica humana, acusaríamos con mayor intensidad a aquellos que tuvieron más responsabilidades. Intensificaríamos el castigo sobre los gobernantes, los líderes, los sacerdotes o los generales. Dios también lo hizo, pero su énfasis no estuvo en el cargo que ocuparon, sino en el interior de su corazón.

Muchos habían pecado, algunos de manera más evidente que otros, algunos lo hicieron en soledad, otros en público. Pero hubo algo que todos tuvieron en común. Negaron que Dios existiera y vivieron como quisieron. Por eso actuaron como lo hicieron. Tal vez no lo decía, pero lo actuaban. Y se hizo evidente con sus hechos. Ellos vivían como si Dios no existiera. Pensaron que negándolo no tendrían consecuencias.

Cometemos el grave error del avestruz que frente al peligro entierra la cabeza en la tierra y deja todo el cuerpo en la superficie. Piensa que por no ver el leopardo que viene, eso hace desaparecer la amenaza. Piensa que por negar su existencia y no verla, el problema desaparece como por arte de magia. La realidad es que el avestruz termina siempre destrozado por el leopardo. Triste final de un negador.

El ser humano comete el mismo error, lo hicieron en Judá y lo hacemos hoy. Pensamos que negando a Dios no tendremos consecuencias. Pero ellos, como el avestruz y nosotros nos equivocamos doblemente. Dios existe y es justo. Su existencia no puede ser negada aunque no pueda verse. Y además, Dios es siempre justo. Siempre para con justicia divina. Al pueblo de Judá le valió un sitio terrible, hambre, peste y para los que sobrevivieron, la deportación a Babilonia. Los mismos que negaban que Dios existiera y disfrutaban de su pecado, se arrepintieron por la fuerza y el castigo babilónico y reconocieron la existencia y justicia divina demasiado tarde. Ya no podían evitar el terrible castigo.

Hoy vivimos en la Gracia, pero Dios sigue siendo justo. No cometas la tontería de negarlo. Está y es justo.

REFLEXIÓN — No seas un avestruz.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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