Llaves que Abren todas las Puertas

Devocional Diario – Llaves que Abren Puertas

Jericó era una de las ciudades más fortificadas, con murallas imposibles de derribar. Puedes leer acerca de Jericó en Josué 6:1-6. A causa de los hijos de Israel, Jericó estaba cerrada, muy cerrada.

Así parece a veces nuestra vida. Porque por mucho tiempo nos encontramos con puertas cerradas, puertas que nos impiden avanzar. Queremos tener bendición, pero nos encontramos con una puerta cerrada.

Y así como en el mundo material las puertas se abren con llaves, en el mundo espiritual, las puertas se abren con llaves espirituales.

En Mateo 16:19 Jesús le dijo a Pedro: ‘A ti te daré las llaves del reino, y todo lo que atares en la tierra será atado en el cielo, y todo lo que desatares en la tierra será desatado en el cielo.’ Y luego se lo repitió a los discípulos. No era sólo para Pedro.

Dios te dio llaves, y esas llaves sirven para abrir puertas cerradas. Dios pone llaves en tu mano. El pasaje no dice llave, dice llaves. Significa que no es una, sino muchas.

Dios quiere enseñarnos que el problema no es la puerta cerrada, el problema es que yo debo elegir la llave correcta. Debo elegir la llave correcta que abre la puerta cerrada.

Cada vez que te encuentres frente a una puerta cerrada, no te concentres en eso, no le discutas a Dios. Lo que debes hacer es poner atención en elegir la llave correcta.

¿Qué es una llave? Es una estrategia que Dios nos da para abrir las puertas cerradas. Y la estrategia te la dará a ti en forma personal.

En el caso de Jericó la estrategia era rodear la ciudad durante seis días, y el séptimo día rodearla siete veces. Pero debían estar en silencio mientras marchaban.

A lo largo de todo su peregrinaje el pueblo de Israel había murmurado, pero esta vez debía quedarse en silencio. Y lo único que se escucharía sería el sonido de las bocinas.

Cada vez que te encuentres frente a una puerta cerrada, tienes que aplicar la estrategia en silencio. No te quejes, no discutas con Dios. Comienza a aplicar la llave en silencio.

Ahora bien, si yo tengo un Dios tan grande, ¿por qué hay puertas cerradasí Porque Dios está formando en ti un conquistador. Por eso hay puertas cerradas, porque Dios quiere lograr que tú y yo seamos con­quistadores de puertas cerradas. Él no nos dijo que todas las puertas iban a estar abiertas, pero sí que nos daría las llaves.

El problema es que nosotros queremos utilizar siempre la misma llave. Siempre la misma estrategia, y ¿por qué? Porque a mi mamá le funcionó, entonces yo la quiero usar. Y queremos usar la misma llave para todo.

Sin embargo Jesús nos dio llaves, varias, diferentes. Eso quiere decir que Dios te ha dado muchas estra­tegias. Una para cada puerta. Si buscas, encontrarás nuevas estrategias para abrir las puertas que están cerradas. Cuando utilices la llave correcta, abrirás esa puerta e irás derecho hacia delante, para conquistar todo lo que Dios te prometió.

La Llave de la Bendición.

Hoy te mostraré una llave. No sé si es la llave que nece­sitas para abrir tu puerta, pero sisé que está incluida en el manojo de llaves que Dios nos dio. Se llama la IIave de Ia bendición.

Hay poder en la bendición. Dios nos besó con una bendición.

Dice la palabra que las bendiciones para el justo están sobre su cabeza. La bendición que Dios nos dio tiene poder sobre nuestra vida.

Bendecir es hablar de lo que deseo ver hasta que suceda.

Maldecir es hablar de lo que no quiero ver hasta que suceda.

Puedes elegir la bendición o la maldición, pero yo te digo: elige la bendición, porque en algún momento te alcanzará.

Hay puertas en tu vida que están cerradas porque las maldijiste. La única manera de cortar una maldi­ción es renunciar a ella y elegir la bendición.

Dice la Palabra de Dios que tú y yo somos bendeci­dos. Y si estamos bendecidos, nadie puede robarnos esa bendición. Aunque Satanás quiera cerrarnos puertas, nadie podrá robarnos la bendición de Dios.

Si aprendes a bendecir, nada ni nadie podrá quebrar esa bendición. ¡Porque la bendición tiene poder!

Si quieres tener una vida con sentido y provecho como la tuvo Jesús, si quieres ser parte del proyecto eterno de Dios:

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Extracto del libro “Alcanzando el Éxito”

Por Bernardo Stamateas

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