CASH LUNA – MANTENTE CON EXITO PARTE 2

CASH LUNA – MANTENTE CON EXITO PARTE 2

La vida es como una rueda que no puede girar sin balance en cada área: la familia, el trabajo, la salud, el conocimiento y el amor a Dios. El Señor quiere bendecirnos y darnos éxito en todo, aunque lograrlo no es fácil. Por eso, Jesús dijo: “A cada día, bástele su propio mal”. Es decir que no debemos afanarnos porque diariamente hay que enfrentar con carácter alguna cosa desagradable.

A pesar de todo, demostremos nuestro agradecimiento porque hemos recibido muchas cosas buenas de Sus manos. Incluso, son más las que tenemos sin pedirlas que las recibidas producto de una solicitud. Dios me envió a Sonia porque deseaba bendecirme con una buena y hermosa mujer. Ella fue un regalo de Su gracia. Por ello, le agradezco infinitamente todos los días. Balancea la gratitud y la fe. Está bien que pidamos pero también es necesario que demos gracias.

No te olvides de Él
Deuteronomio 8:11-18 nos enseña: Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites,
y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal; que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien; y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.

Hay que saber manejar el éxito y los triunfos. Hay personas que logran grandes cosas y luego se olvidan del Señor que les dio la gracia y los dones para alcanzar lo que tienen. Algunos no pecan más porque no tienen más dinero para hacerlo. Ten cuidado y no pierdas el camino por haber recibido bendición. Tu corazón debe mantenerse fiel y limpio, sin orgullo o soberbia porque lo que has logrado es obra de tu esfuerzo y del amor de Dios.

Forma tu carácter y sé agradecido. El Señor nunca dejará de bendecirte por temor a que le abandones, pero recuerda que Él da gracia al humilde y resiste al soberbio. Nuestro Padre es bueno y quiere darnos todo aunque corramos el riesgo de perdernos, como un padre terrenal que prefiere mil veces, ver a su hijo exitoso aunque ya no recuerde honrarlo, que verlo arruinado pero a su lado. Reconoce a Dios en todo lo que haces, bendice Su nombre, no te apartes de Sus caminos. Él cumplirá Sus promesas de bendecirnos, cumple tú la obligación de honrarle en todo tiempo.

Todo lo que tienes se lo debes a Él. Tu éxito en cualquier área es fruto de tu esfuerzo y de la capacidad que Dios te dio para estudiar, hacer negocios o enfrentarte a las dificultades. Dios está a punto de bendecirte más de lo que imaginas, pero necesitas demostrarle que mereces lo que desea darte porque tienes el carácter para manejar el éxito.

Trabajar de buena gana
Colosenses 3: 22 aconseja: Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;

En otra versión de la Biblia dice: “Hacedlo todo de buena gana”. Cierta vez, una viuda que debía sacar adelante a sus hijos, consiguió un buen puesto en un centro de informática pero el ambiente era muy tenso y agitado. Un día, almorzando sentada en la banca de un parque, notó que en el mercado de mariscos que veía al otro lado de la calle, las personas trabajaban muy contentas. Extrañada, se acercó a preguntar a un hombre, porqué estaba tan feliz y este le respondió: “Antes de trabajar acá, yo era corredor profesional de autos. Tuve un accidente y fue necesario que buscara otra ocupación. Ahora limpio pescado y tal vez no es el mejor trabajo pero yo decidí hacerlo con la mejor actitud”. A veces, no podemos escoger lo que hacemos, pero sí podemos decidir trabajar con la mejor actitud. Encontrémosle el gusto a lo que hacemos porque el Señor nos ha puesto en ese lugar por alguna razón. La actitud correcta favorece la promoción que Dios desea otorgarnos.

Trabajar con excelencia
Juan 2:10-11 relata lo que sucedió en las bodas de Caná: y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora. Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.

Jesús vino a enseñarnos sobre la excelencia porque nunca hizo un milagro a medias. Un día, le pregunté porqué había hecho un buen vino para que la gente se emborrachara y me respondió: “Sólo lo hice, el uso que le den es cuestión de cada quien. No sé hacer las cosas mal”. Entonces comprendí que no puedo cuestionarlo por obrar con excelencia. Es como si lo criticáramos por darnos la capacidad de pensar, cuando depende de nosotros cómo utilizamos la inteligencia que nos regaló.

Debemos imitar al Señor y hacer todo con excelencia. Algunos dicen que trabajarán bien cuando les llegue una buena oportunidad, pero esa es una mala decisión. Hay que ser excelentes en todo lo que hagamos, sea una actividad sencilla o de gran trascendencia. No importa a qué te dediques, esfuérzate por hacer todo bien. Una secretaria debe redactar la mejor carta, un carpintero debe hacer los mejores muebles, un estudiante debe esforzarse por sacar las mejores notas. Hay que aprovechar cada oportunidad para demostrar que somos personas exigentes con lo que hacemos y ofrecemos.

Entregar resultados con sencillez y humildad
Hechos 2:46 relata: Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón.

Tus resultados deben ser excelentes y entregados con humildad. No seas como el aprendiz de chef que se esmeraba cuando empezaba su carrera, pero al ser famoso, la arrogancia le robó el gusto por deleitar a sus comensales que debían conformarse con lo que él cocinara. No pierdas la sencillez aunque tengas un puesto importante y tu oficina sea de lujo.

En las bodas de Caná, Jesús hizo un vino excelente pero no lo entregó con arrogancia, por el contrario, lo envió al responsable de la fiesta para que lo probara y autorizara que se sirviera a los invitados. Él nos enseña sobre la excelencia y al humildad de reconocer la autoridad.

Santiago 4:6 recuerda: Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.

La humildad es necesaria para alcanzar el éxito y mantenerlo. Ningún soberbio es enaltecido por el Señor. Tarde o temprano, la arrogancia perjudica porque se necesita más humildad para ganar con un corazón correcto que para perder. Dios espera darte mayor gracia y bendición cuando demuestras tu humildad.

Proverbios 3:3-5 advierte: Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón; y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres. Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal;

Sé humilde y confía en el favor de Dios porque nada lograrás en tus fuerzas si no tienes Su gracia que es como un imán que abre puertas y otorga bendiciones. De nada sirve tener éxito si tienes un corazón orgulloso. Aprende humildad con inteligencia, en la cima del mundo, no cuando la humillación te obliga porque tuviste todo y lo perdiste por tu arrogancia. Las lecciones de la vida pueden aprovecharse con anticipación o pasando las pruebas. Tú decides en qué momento las aprendes. Algunos se convencen de que deben estudiar porque hay que aprovechar el tiempo, mientras otros llegan a ese convencimiento cuando ya sacaron malas notas y deben recuperarse. El Señor te da la clave para evitarte malos momentos. Aprende humildad antes que la vida que obligue a ser humilde.

Mateo 7:12 nos da el mejor consejo para una vida exitosa: Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

Este práctico versículo resume toda la ley: trata a los demás como quieres que te traten. Hacer a otros lo que no quieres que te hagan es la fórmula segura para fracasar y sufrir. Nunca vendas algo que no comprarías, ni actúes como no quisieras que actuaran contigo. Cuando vendía seguros, siempre leía las letras pequeñas a mis clientes porque deseaba que estuvieran bien enterados de todo, antes de tomar la decisión de comprar. Esa actitud honrada me valió muchos éxitos y la confianza de las personas.

Haz el bien y bendice para recibir bendición porque siempre cosechamos lo que sembramos. Dale gracias al Señor por Su amor y dile que desde hoy, trabajarás de buena gana, con excelencia, sencillez y humildad de corazón para merecer el mismo trato amable y generoso que has dado a tu prójimo.

Fuente: www.cashluna.org

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