DEVOCIONAL DIARIO – DEMASIADA OSCURIDAD

DEVOCIONAL DIARIO – DEMASIADA OSCURIDAD

«Después de bajarlo, lo envolvió en una sábana de lino y lo puso en un sepulcro cavado en la roca, en el que todavía no se había sepultado a nadie.» Lucas 23:53

José de Arimatea era un fariseo de ley. Formaba parte del selecto grupo de hombres que decidían el futuro religioso de la nación. Eran hombres que se dedicaban a cumplir con los reglamentos de la Ley de Moisés y se esforzaban por demostrar que la cumplían. Jamás quebraban una reglamentación deliberada y públicamente. Además ser parte del Sanedrín, le daba prestigio y poder. Fue ese mismo Sanedrín el que condenó a muerte a Jesucristo una noche antes. Demasiada oscuridad.

Al caer la tarde del viernes, los soldados quebraron las piernas de los dos reos que estaban crucificados y aún con vida. Al no poder sostener el peso de sus cuerpos sobre los clavos de los pies, murieron asfixiados. Pero el que estaba en el medio de las cruces ya estaba muerto. Ese que llamaban el rey de los judíos había aguantado menos.

Fue justamente a ese a quien el famoso fariseo fue a bajar de la cruz. Un hombre elegante y con ropa fina tomó las sucias y pesadas herramientas para sacar los gruesos clavos del madero. Nadie hacía ese trabajo, excepto los romanos. Así que el hecho llamó mucho la atención. Pero a él no le importaba. Todavía tenía en su mente su silencio culposo la noche en que el Sanedrín condenó a Jesucristo, y viendo el resultado de su no acción, se empeñaba más en trabajar con delicadeza.

Cuando sacó el cuerpo, comenzó a limpiarlo y lo envolvió en una costosa sábana limpia de lino. Llevó el cuerpo hasta su sepulcro personal y enterró a Cristo con los rituales de la época. No le importó el que dirán, ni tocar un muerto aunque para un fariseo era algo prohibido porque era contaminante. No le importó estar trabajando rodeado de gentiles, ni mancharse con la sangre del Mesías. Solo quería honrar a Jesucristo.

Ya la oscuridad era total cuando terminó su tarea. Tan profunda como su tristeza al enterrar con sus propias manos a Dios. Había llegado tarde su decisión de actuar.

Que en esta Pascua, el recuerdo vivo de Jesucristo ilumine tu vida; para que en lugar de recriminarte por lo que no hiciste, puedas honrarlo con tus actos.

REFLEXIÓN: Cristo ilumina la oscuridad.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

1 COMENTARIO

  1. Muy hermoza tu reflexion, y muy ajustada al momento, que Dios te bendiga rica y abundantemente.

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