Me cambio de iglesia, ¿Necesito carta pastoral?

Me cambio de iglesia, ¿Necesito carta pastoral?

1 Corintios 5: Un caso de inmoralidad juzgado
«De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis»

La iglesia cristiana evangélica no tiene muchos años en el Perú, mi padre, quien fue pastor de una de las iglesias evangélicas más antiguas de la Iglesia Evangélica Peruana ubicada, en ese entonces, en Barrios Altos, me contó que fue un misionero británico Carlos Bright quien llegó al puerto del Callao un 17 de Junio de 1893, quien empezó la obra de la IEP. El misionero Bright recién llegado, tomó contacto con una hermana Petersen, de nacionalidad sueca, quien residía en el barrio porteño de Chucuito, donde se realizaban cultos sólo para extranjeros. Bright la motivó para poder abrir reuniones evangelísticas para peruanos y al poco tiempo, la naciente congregación se reubicó en el centro de Lima, estableciéndose en la calle Negreiros, en 1896. En 1906 llegó el misionero presbiteriano Juan Ritchie, natural de Escocia y desde entonces todas las congregaciones relacionadas a Negreiros se organizaron, tomando el nombre de «Iglesia Evangélica Peruana».

He escuchado muchas bellas historias acerca de estos primeros años de la Iglesia evangélica, me encantaba oír aquellas evocaciones de papá sobre esos años pasados, cuando eran tan pocos, y sin embargo tan unidos.

Los evangélicos de esos años se convertían en una iglesia y no salían de ella sino, muertos. Pertenecer a una familia espiritual era un privilegio que no era puesto en duda, no había lugar a cambios o llamados hacia otras congregaciones por una sorpresiva insatisfacción, por no estar de acuerdo con la visión, por un cambio hormonal, o un urgente llamado de asistencia a otra iglesia mejor ubicada o más ungida.

Hoy en cambio, vemos que los miembros de las congregaciones sufren de una inconstancia ligera, van de templo en templo, hasta que encuentran al líder que los recibe con los brazos abiertos, aunque no venga con la vieja carta que en mis tiempos de juventud se pedía cuando muy ocasionalmente, alguien tenía que moverse de su amada iglesia.

Hoy es casi anticuado pedir una carta de recomendación cuando una oveja de otro rebaño decide trasladarse. ¡Ay! Como recuerdo esas cartas, hoy esos papiros casi se han extinguido como los de Qumram. Antes si alguien tenía que cambiarse de congregación, tenía que venir con su carta bajo el brazo, esto servía para identificar mejor a un creyente de otra iglesia que pedía su traslado. Este documento era muy importante porque revelaba por ejemplo, las causas extremas que habían obligado al supuesto viajero de mudarse de su familia espiritual. Entonces si disciplinaban a un miembro por una falta o rebeldía, la carta revelaba de inmediato este detalle, dato importante no para relegar al creyente sino para seguir con el proceso de acompañamiento y restauración.

Pero hoy las cosas han cambiado mucho, una dama que ha provocado división con chismes y críticas, un joven amonestado por desobediencia, un varón desleal y contencioso, sólo tienen que cambiarse de lugar y asunto arreglado, son pocos los líderes que consideran una amonestación de otro pastor, total, los prejuicios nos han separado tanto que si un líder tomó una decisión tan exagerada es seguro problema del líder y no de la pobre oveja.

Admiro en sobremanera a los pastores antiguos que como mi suegro, guardaba una lealtad admirable con sus colegas y por eso era muy difícil que los creyentes se cambiaran de congregación como si se cambiaran de camiseta, las comunicaciones de aquel entonces, eran limitadas, ni celulares, menos internet, existían, y sin embargo, ¡como ayudaban las cartas! Sólo tenemos que darle una pequeña mirada a las cartas del apóstol Pablo para reaccionar y volver a valorar el hecho de la comunicación que debe haber entre consiervos de Dios:

1 Corintios 5:9 «En la carta que les escribí antes, les ordené que no tuvieran nada que ver con las personas que tienen relaciones sexuales prohibidas. No quise decir que se aparten totalmente de ellas, pues para no juntarse con personas así tendrían que salir de este mundo. No podrían apartarse totalmente de los que siempre desean más de lo que tienen, ni de los ladrones, ni de los que adoran a los ídolos, ni de los borrachos o de los que hablan mal de los demás. Lo que quise decir fue que no deben tener amistad con los que dicen que son cristianos pero hacen esas cosas. Con personas así, ni siquiera deben sentarse a comer»

Para los mal pensados, una aclaración, no estoy diciendo que cierren las puertas de los templo cual Diótrefes, ni dejen entrar a nadie sin su documento respectivo, el Señor nos libre de tal legalismo, pero el que tiene oídos que oiga y entienda, nosotros como líderes tenemos una gran responsabilidad y de ella le daremos cuentas al Señor.

Consiervos los años han pasado, la iglesia se ha expandido en todos los rincones de nuestro amado país, sigamos fomentando la unidad, la tolerancia, la comunicación y el amor, que nuestras futuras generaciones reciban una iglesia moderna, pero santificada, una iglesia que tiene pastores conforme al corazón de Dios.

Con respeto y lealtad a mis consiervos

Martha Vílchez de Bardales

2 COMENTARIOS

  1. Muy profunda la reflexión a la luz de la cita bíblica.
    Bendiciones, hermana.
    Wisconsin USA

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