Devocional Diario – El Saber Espera

Devocional Diario – El Saber Espera

«David tenía treinta años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años.» 2 Samuel 5:4

Es fácil disfrutar de los tiempos felices. Verlo a David sentado en el trono de Israel, con el reino unificado, los enemigos derrotados y la prosperidad económica en ascenso alienta a la envidia. Pero como siempre suele suceder en estos casos, nunca se mira el esfuerzo y el sacrificio que hubo que hacerse para alcanzar semejante logro. Siempre nos molesta la prosperidad ajena, pero nunca medimos su trabajo para lograrla.

Siendo muy joven, David recibió sin esperarlo una visita que le cambió la vida. El gran profeta Samuel llegó a su casa y después de desechar a todos sus hermanos, lo eligió a él para ungirlo como rey de Israel. ¡El más chiquito e inexperto de una familia pobre, cuyo único trabajo era cuidar ovejas! Ni en el mejo de sus sueños se le hubiera ocurrido semejante cambio.

Al poco tiempo, logra un increíble triunfo matando al más peligroso y grande de los soldados filisteos. Un adolescente con una onda mata al guerrero más temible y pasa a la fama en cuestión de horas. ¡Ni en el mejor de sus sueños se le hubiera ocurrido a David que tendría tanta fama en tan poco tiempo! Y eso lo posicionaba muy bien para alcanzar su objetivo de ser rey.

Sin embargo Dios tenía otros planes. Quince años tuvo que esperar David para poder concretar la promesa de ser rey. Quince años de soledad, tristeza, exilio, hambre, persecución, mentiras, engaños. Si yo hubiera estado en su lugar, en aquellas solitarias noches muerto de frío escapando de los ejércitos de Saúl, me hubiera quejado de mi suerte. Estaría más cómodo y tranquilo cuidando ovejas. Si ser rey era tan costoso, hubiera sido mejor que unjan a otro.

Sin embargo, Dios cumplió su promesa y un día la situación de David cambió. Fue coronado rey y le duró cuarenta años. Tuvo que esperar mucho, tuvo que sufrir mucho, tuvo que llorar mucho, pero recibió lo prometido y su bendición fue mayor que el sufrimiento vivido

Si hoy estás como David, escondido de Saúl, triste y con problemas, Dios quiere recordarte que Él no se tarda. Dios tiene preparada tu bendición y te la va a dar cuando sea oportuno. La espera no es fácil, pero es necesaria.

REFLEXIÓN – Dios sabe que todo llega.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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