El Cristiano y la Linea del Amor

El Cristiano y la Linea del Amor

«Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.» Romanos 5:8 (RVR)

En estos días turbulentos, es habitual que se comenten noticias sobre chicos desaparecidos, o asesinatos. Cada vez es más frecuente leer estas noticias desagradables y tristes. Mientras leía una de las últimas intenté pensar que sentiría si fuera la noticia sobre Miriam, Juampi o Connie. Y la sensación de desesperación creció a niveles impensados. Frente a una situación de secuestro o violencia no habría nada que yo no hiciera por mi familia.

Y me di cuenta que incluso estaría dispuesto a dar mi vida, por la de ellos. No dudaría en hacerlo teniendo la seguridad de su bienestar. Escuchaba un mensaje que hablaba al respecto, y el orador nos invitaba a ampliar este pensamiento. ¿Por quién más estaría dispuesto yo a actuar así? Tal vez, por mis padres, y con menor seguridad por mis hermanos. Pero a medida que la línea de mi amor se alejaba de mis seres más cercanos, la filantropía de mi sacrificio se iba haciendo cada vez más reticente.

¿Estaría yo dispuesto a dar mi vida por alguien que sea ingrato, egoísta, infiel o que naciera en el año 3934; dentro de 1927 añosí La respuesta obvia es NO. Yo ni siquiera lo consideraría. Diría un no rotundo y categórico. No lo haría por nadie que esté fuera de mi línea directa de afectos y relaciones.

Pero Dios no actuó de esa manera. Jesucristo fue a la cruz, a dar su vida por mí aun sabiendo que yo soy un ingrato, un egoísta, un infiel y que iba a nacer 1927 años después de su muerte. No tiene lógica el amor de Dios, no se puede explicar, ni se puede entender. ¿Cuál fue la razón que tuvo Dios para amarme de una forma tan perfecta y amplia? No tengo la más remota idea. No encuentro ninguna razón, excepto que Dios es amor.

Por eso Jesucristo estuvo dispuesto a sufrir y a morir por mí en la cruz. Simplemente porque Dios es amor. No tiene amor, no da amor, Él es amor. Un amor tan genial que da sin esperar nada a cambio, que es fiel aunque le sean infiel, generoso a pesar de la ingratitud.

No merecíamos que Dios nos ame, mucho menos que Cristo muera por nosotros en la cruz. Estábamos fuera de la lógica de su línea de amor. Pero lo hizo igual.

REFLEXIÓN – Correspondele.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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