¿Dos o tres partes? ¿Somos cuerpo, alma y espíritu o espíritu, alma/cuerpo? ¿Qué Dice La Biblia?

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¿Dos o tres partes? ¿Somos cuerpo, alma y espíritu o espíritu, alma/cuerpo? ¿Qué Dice La Biblia?

Descubre la verdad detrás de nuestra naturaleza en la Biblia: Cuerpo, Alma y Espíritu o Espíritu y Alma/Cuerpo

Sobre toda cosa guardada, GUARDA TU corazón; Porque de él mana la vida (Proverbios 4:23). Este verso nos dice que hay un aspecto del ser humano que es la fuente de su existencia física y espiritual. En el libro de Eclesiastés 12:7 dice que cuando el cuerpo muere, el espíritu regresa a Dios. El evangelio de Mateo 10:28 dice que Dios puede destruir tanto el cuerpo como el alma en el infierno. Estos versículos muestran que los seres humanos tienen un aspecto inmaterial que sobrevive a la muerte física y que es responsable de su destino eterno.

La pregunta es: ¿cuántos aspectos inmateriales tiene el ser humano? ¿Tenemos dos o tres partes? ¿Somos cuerpo, alma y espíritu – o – Espíritu, alma/cuerpo?

Hay dos puntos de vista principales al respecto: el dicotomismo y el tricotomismo. El dicotomismo sostiene que el ser humano está compuesto de dos partes: cuerpo y alma/espíritu. El tricotomismo sostiene que el ser humano está compuesto de tres partes: espíritu, alma, cuerpo.

Los defensores del dicotomismo argumentan que la Biblia usa las palabras “alma” y “espíritu” de manera intercambiable para referirse al mismo aspecto inmaterial del ser humano. Por ejemplo, Lucas 1:46-47 dice: “Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocijó en Dios mi Salvador.” Aquí María utiliza las palabras “alma” y “espíritu” para expresar sus sentimientos hacia Dios. Otro ejemplo está en el libro Hebreos 4:12, que dice: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” Este versículo señala que el alma y el espíritu son tan cercanos que solo la palabra de Dios puede separarlos.

Los defensores del tricotomismo argumentan que la Biblia distingue entre el alma y el espíritu del ser humano. Por ejemplo, 1 Tesalonicenses 5:23 dice: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” Este versículo nos apunta que el ser humano tiene tres partes distintas. Hay otro ejemplo en 1 Corintios 2:14-15, que dice: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio, el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.” Este versículo nos muestra que hay una diferencia entre el hombre natural (que tiene cuerpo y alma) y el hombre espiritual (que tiene cuerpo, alma y espíritu).

¿Cuál es la respuesta correcta? ¿Somos dicotómicos o tricotómicos?

La verdad es que la Biblia no da una respuesta definitiva a esta pregunta. Ambos puntos de vista tienen argumentos bíblicos a su favor. Lo importante es reconocer que somos seres espirituales creados por Dios con aspectos tanto materiales como inmateriales. Nuestro cuerpo nos conecta con el mundo físico; nuestra alma/espíritu nos conecta con Dios. Ambas partes son fundamentales para nuestra existencia y nuestro propósito. Ambas partes necesitan cuidado y atención. Estas 2 partes están sujetas al pecado y a sus consecuencias. Las 2 partes serán redimidas por Cristo cuando Él vuelva.

Para responder la pregunta de si tenemos dos o tres partes no es tan crucial como la pregunta de si tenemos una relación con Dios. Solo Él puede dar sentido a nuestra existencia y destino. Solamente Él puede salvarnos del pecado y la muerte. Únicamente Él nos ha transformado a Su imagen y semejanza, una vez más, por medio de Jesucristo.

¿Qué son el cuerpo, el alma y el espíritu? ¿Cómo se relacionan entre sí? ¿Qué dice la Biblia al respecto? Estas son algunas de las preguntas qué deseo responder.

El cuerpo es la parte física y visible de nuestro ser

Es el órgano externo que nos permite interactuar con el mundo material a través de nuestros cinco sentidos: vista, oído, gusto, olfato y tacto. El cuerpo es el templo del Espíritu Santo y debe ser cuidado y honrado como tal (1 Corintios 6:19-20).

El alma es la parte inmaterial e invisible de nuestro ser

Es el centro de nuestra personalidad, donde residen nuestra voluntad, nuestra mente y nuestras emociones. El alma es el vaso que contiene nuestro espíritu y que está guardada en nuestro cuerpo. El alma es lo que nos hace ser quienes somos, con nuestras características únicas, las cuales no pueden repetirse. El alma necesita ser renovada por la Palabra de Dios y por el Espíritu Santo (Romanos 12:2; Efesios 4:23).

El espíritu es la parte más profunda e íntima de nuestro ser

Es el “órgano espiritual” interno, por así decirlo, que nos permite tener conciencia de Dios y tener comunión con Él. El espíritu es la “chispa divina” que nos distingue de los demás seres creados como los animales y que nos hace capaces de recibir la vida eterna. El espíritu es el que nace de nuevo cuando creemos en Jesucristo como nuestro Salvador (Juan 3:6; Efesios 2:1).

La Biblia nos enseña que el hombre fue creado por Dios con tres partes: espíritu, alma y cuerpo (1 Tesalonicenses 5:23). Estas tres partes no son independientes ni separadas, sino que forman una unidad compleja y armoniosa. Pero, debido al pecado, esta unidad se rompió y el hombre quedó alejado de Dios, de sí mismo y del mundo. Por eso, necesitamos el sacrificio de la cruz y la obra redentora de Cristo, que nos reconcilia con Dios y restaura nuestra «integridad» como seres humanos.

La salvación implica las tres partes del hombre

Nuestro espíritu es regenerado por el Espíritu Santo cuando creemos en el evangelio (Tito 3:5). Nuestra alma es transformada por la renovación de nuestra mente conforme a la voluntad de Dios (Romanos 12:2). Nuestro cuerpo será resucitado y glorificado cuando Cristo vuelva (Filipenses 3:21). Así, seremos santificados por completo y guardados irreprensibles para la venida de nuestro Señor Jesucristo (1 Tesalonicenses 5:23).

Para terminar, el cuerpo, el alma y el espíritu son las tres partes del hombre creadas por Dios para su gloria. Así que, debemos cuidar de cada una de ellas y someterlas al señorío de Cristo, quien nos ama y nos salva. Solo así podremos vivir una vida plena y abundante en esta tierra y en la eternidad de Dios.

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