Los Cristianos y Hay una salida
“…DARÁ TAMBIÉN JUNTAMENTE CON LA PRUEBA LA SALIDA…” (1 Corintios 10:13)
A menudo culpamos a otros de nuestras debilidades, o encontramos excusas para justificarlas. Un poeta escribió: “Un enemigo al que trato de desenmascarar, me persigue allí donde voy. Derriba mis planes, me bloquea el camino y anula mis mejores aspiraciones. Hasta que un día le quité el velo que lo cubría, lo miré y he aquí que era yo mismo.”
En las reuniones semanales que tenían los alumnos de John Wesley, se desafiaban con estas preguntas:
1) ¿Qué pecados has cometido desde la última vez?
2) ¿A qué tentaciones te has enfrentado?
3) ¿Cómo fuiste librado de ellasí
4) ¿Has pensado, dicho o hecho algo de lo que no estás seguro si es pecado o no? Estas mismas preguntas te mantendrán alerta en tu espíritu y bien encaminado. Nos dice Pablo: “…Dios…dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla” (1 Corintios 10:13).
En su ensayo titulado Una Salida, Portia Nelson expone: “Camino por la calle, hay un hoyo y me caigo dentro. Me desconcierto; no es culpa mía. Me cuesta mucho salir de él. Voy por la calle otra vez. Hay un hoyo en la acera pero hago como que no lo veo y me vuelvo a caer. No puedo creer que me encuentro en el mismo lugar; al menos, no es culpa mía. Vuelvo a pasear por la calle. Hay un hoyo en la acera; lo veo pero aún así me caigo –ya se ha convertido en un hábito. Pero al menos ahora mis ojos están abiertos, sé dónde estoy y reconozco que es culpa mía. Me levanto inmediatamente. Camino de nuevo por la calle. Hay un hoyo en la acera. Lo rodeo. Y por último, ¡me voy por otra calle!
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