Los Cristianos y la Lealtad

Los Cristianos y la Lealtad

Nosotros nos hemos rebelado, y fuimos desleales; tú no perdonaste.» Lamentaciones 3:42 (RVR)

Se celebra hoy en Argentina el día de la lealtad, cuando miles de trabajadores se unieron en la plaza de mayo para manifestar su apoyo a Perón. A pesar de las contras que dicha manifestación tenía y de los peligros que representaba, aquella multitud fue leal a sus ideales y a su líder. Y en lugar de actuar con pasividad y comodidad, se arriesgaron y se hicieron presente.

El seguidor leal conoce los riesgos, evalúa los peligros, pero se mantiene firme en sus convicciones. La lealtad lo mueve al sacrificio, incluso hasta a dar su vida por lo que cree y piensa. Aquellos paradigmas quedaron en el olvido y hoy vivimos en una sociedad descreída y cambiante, que vende su lealtad al mejor postor. Solo para cambiar de idea cuando la nueva situación le convenga más.

Israel también padecía este mal ciclotímico. Pero lo que hizo su situación tan grave es que ellos fueron desleales con Dios. No le fallaron al rey de turno, ni al empresario que les daba trabajo. Le fallaron a Dios. Lo dejaron de lado para adorar a un pedazo de piedra o a un trozo de madera. Dejaron de pedirle, para rogarle a una estatua que no tenía ni oídos ni podía responderles.

Y Dios que es celoso, actuó en consecuencia. Hubo un castigo ejemplar para aquellos que eligieron rebelarse contra Él. Sitio a Jerusalén, hambre, peste, destrucción, guerra y exilio a Babilonia. ¿Qué habían ganado los israelitas alejándose de Diosí Tal vez algunos días de diversión, o bienestar pasajero. Pero sin lugar a dudas, lo que ganaron fue un terrible castigo. Para ellos no hubo perdón.

Hoy, Dios sostiene su Gracia para mantener una relación con nosotros. Es el mismo Dios celoso que nos anhela con dulzura; y que le duele que le seamos desleales. Cada rebelión que hacemos, Dios la llama pecado, muestra una nueva falta de lealtad con nuestro Padre Celestial. En su Gracia amorosa, hoy Dios nos perdona y olvida. Pero le sigue doliendo igual que siempre cada pecado.

¿Alguna vez te falló un amigo o una novia? Tal vez nunca te pasó, o puedas contar alguna experiencia. Es muy doloroso. ¡Imaginate como estarías si todos los días y varias veces por día, tu mejor amigo o tu novio te falla o te es infiel!! Peor que eso padece Dios cada pecado tuyo.

REFLEXIÓN – Que seas leal.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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