Devocionales Cristianos – El Pegamento

Devocional Diario – Pegamento

«Por lo tanto, esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua edificación.» Romanos 14:19 (NVI)

Leí una explicación de la conducta de perros y gatos que me pareció asombrosa. Ambos son animales domésticos. Ambos viven en la casa, sin embargo la actitud de cada uno de ellos es distinta. Por lo general los perros son más demostrativos, cariñosos y fieles. Los gatos generalmente son más ariscos, distantes y volátiles. La explicación se sustenta en el supuesto pensamiento de cada uno.

El perro piensa: «Este hombre me acaricia, me cuida, me alberga y me alimenta, debe ser Dios»; mientras que el gato piensa: «Este hombre me acaricia, me cuida, me alberga y me alimenta, debo ser Dios»

En las relaciones humanas, actuamos de la misma manera. No lo decimos abiertamente, pero las actitudes que tomamos, demuestran que este estilo se repite a diario. Actuamos y nos comportamos con los demás como nos posicionamos con ellos. Aquellos con menor autoestima tienen una conducta de perros, aquellos más orgullosos o con autoestima más elevada una conducta de gatos.

Es muy común ver esto en los trabajos donde el dueño o el jefe, por la jerarquía que tiene actúan como gato, y pretende que sus subordinados actúen como perros. Lo triste es que esta misma conducta la llevamos a la iglesia y en lugar de dejarnos guiar por las directivas del Espíritu Santo, para que las relaciones sean armoniosas y permanentes; nos esforzamos en marcar territorio, en mostrar esferas de poder y en imponer posiciones.

Por eso es que Pablo nos llama la atención en lo que Dios considera importante: en que la conducta de cada uno promueva a la paz y a la edificación mutua. Esto no es fácil; porque estábamos hablando de relaciones humanas. Pero es posible porque Dios tiene poder. Y si lo dejamos influenciar en nuestra vida, en lugar de actuar como perros y gatos, vamos a tener el efecto pegamento.

El cemento de pegado rápido requiere que se unte las dos superficies a pegar con el mismo ungüento, se espere unos pocos segundos, se presione ambas superficies y se mantengan apretadas durante un ratito. El efecto es que ambas quedan sólidamente unidas. En la iglesia necesitamos justamente este tipo de actitudes. Si querés generar la paz y la mutua edificación, cambiá la actitud.

REFLEXIÓN – Empezá a pegar.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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