Los Cristianos y la Actitud

La Actitud Cristiana

«La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús.» Filipenses 2:5 (NVI)

Recibí un mail de la Campaña Argentina Oramos por Vos de Carmen y Norberto Saracco, donde se exponía este concepto.

Lamentablemente, muchos han caído en la trampa de pensar que los cambios vendrían mediante la política, y que entonces debíamos involucrarnos como Iglesia o al menos como pastores, en la política. Las posibilidades transformadoras de la iglesia no pasan por la política, sino por la extensión del Reino de Dios. No es mediante la lógica del poder que se cambia una sociedad….

Debemos repensar la Iglesia en una dinámica abierta. No podemos hacerlo con legalismos ni respuestas cerradas. No es una tarea de unos «iluminados», sino del cuerpo. Menciono 3 Ejes que considero indispensables en esta tarea:

a)El Amor: No nos servimos a nosotros mismos; es tiempo de repensar una Iglesia sierva

b)Los Valores del Reino: No confundamos nuestros valores y culturas con los principios bíblicos

c)Ser Testigos: Esto no es hablar acerca de, sino vivir de acuerdo a. El mayor escándalo de la Iglesia es la contradicción entre lo que dice y lo que hace. Debemos llegar al punto en que la gente diga: «Yo quiero vivir como ustedes»

Y me pareció muy interesante poder pensar en que lo que este mail proponía era lo mismo que Pablo les pidió a los filipenses hace tantos años. Tener la misma actitud que Cristo.

Él no vino a ser servido sino a servir. Y aunque era el Dios y Dueño de todo, nunca impuso su condición Dios para evitar servir a los demás. Al contrario, fue siempre un ejemplo de amor, sacrificio, servicio y entrega. Como lo demostró en la última cena lavando los pies de sus discípulos.

Él fue siempre un centinela de la Verdad de Dios. Jamás acomodó sus necesidades o preferencias a sus intereses. Las prioridades de Dios estaban siempre por sobre sus deseos. Como lo demostró esa terrible noche del Getsemaní.

Él siempre estuvo dispuesto a proclamar las buenas nuevas. No le importó tener que desviarse varios kilómetros, para pasar por la pequeña ciudad de Sicar, donde sabía que iba a encontrarse con una mujer. ¡Una sola mujer motivó que el Creador del universo se desvíe y camine de más! Simplemente porque sabía que ella necesitaba el mensaje de Dios.

REFLEXIÓN – ¿Cuál es tu actitud?

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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