La Navidad Cristiana – La Nuez

Nuez-Navidad-CristianaLa Navidad Cristiana – La Nuez en la Navidad

«Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.» Juan 15:5 (NVI)

Llegan las fiestas y todo se pone color rojo y blanco. En los países del hemisferio norte como es invierno, se promocionan las comidas calóricas como nueces, avellanas, pavo asado y otras delicias. Lo que nunca entendí es por qué en Argentina, con 30 grados de calor imitamos esa tradición culinaria. A pesar de la contradicción los supermercados hacen grandes ofertas navideñas de estos productos.

Comentaba un hermano en la iglesia que plantó dos nogales en su campo. Durante diez años uno dio nueces regularmente, pero el otro no. A pesar de los cuidados que le dio a ambas plantas, una permanecía sin dar frutos. Hasta que sin esperarlo, el nogal dio ¡una nuez!. Y comentaba este hombre la felicidad que tenía al ver que finalmente el árbol que no daba nada, al menos este año había dado una nuez.

Y comparaba a ese nogal con nuestra vida. Nuestro Dios en su eterno amor nos plantó en su terreno y nos alimenta, sostiene, nutre, cuida, alienta y bendice. Nos hizo parte de su familia, nos adoptó como hijos, nos salvó por pura gracia y espera ver algún fruto en nuestra vida, que le de gloria. Como un paciente labrador, nos abona, nos riega, nos protege y espera.

Pero a veces somos como ese nogal caprichoso y egoísta que recibe y no da nada. Estamos demasiado ocupados en nuestras necesidades o urgencias, en terminar el estudio, en lograr el aumento en el trabajo, en cambiar el celular, en conseguir novio, en ser popular, en divertirnos, en buscar éxito, que nos olvidamos de darle a Dios, el fruto que está esperando.

Y a pesar de su generosidad y amor, recibimos y demandamos todo de Dios pero no le damos nada. El nogal de nuestra vida no da ni una nuez, y el Labrador Eterno sigue esperando un fruto de nosotros. A veces somos como esa nuez, que para dar lo que tenemos dentro, hay que agarrarla a martillazos para romper la dura cáscara y ofercer el rico fruto.

En este tiempo de fiestas, regalos, recuerdos y presentes, ¿Qué vas a ofrecerle a Diosí Y cuando pasen las fiestas, ¿Qué vas a ofrecerle a Diosí Que tu vida sea un nogal lleno de nueces, para la gloria de Dios.

REFLEXIÓN – Hay que dar frutos.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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