Los Cristianos y los verdaderos deseos

Los Deseos y Los AnhelosLos Cristianos y los verdaderos deseos

¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra.» Salmo 73:25 (NVI)

Empieza un nuevo año y las redes sociales se plagaron de buenos deseos. Frases muy interesantes y creativas que manifestaban los objetivos para este año de sus autores o suscriptores. Hoy tengo la sensación que este año 2012 es igual a esta hoja de Word antes de comenzar a escribirla. Totalmente vacía, sin condicionamientos, ni trabas, ni errores, ni malos entendidos. Una hoja en blanco.

Para algunos puede ser bueno, y para otros no tanto. Llenar una hoja en blanco no resulta tan complicado, si es que tenés alguna idea buena que trasmitir. Pero a veces, las ideas no aparecen y las palabras no fluyen. Entonces, esa hoja en blanco ya no resulta tan amigable, sino altamente frustrante. Me pasa a veces cuando tengo que escribir un devocional. Como mando lo que escribo y no tengo un back up de devocionales estoqueados, ni un equipo de trabajo que los escriba por mi (DevocionalPC soy yo solo), a veces no se me cae ni una idea y se hace muy difícil escribir algo que a mi me haga bien.

Mientras pensaba en este devo, asociaba esta hoja en blanco con mi año que comienza y me di cuenta de algo. Existe solo una buena manera de llenarlo. Y es enfocando correctamente mi mente. El salmista en este tema era muy inteligente. Y en la definición de sus deseos, objetivos y prioridades hizo algo que pocos hacemos hoy. Levantó la mirada.

En lugar de ver por sus necesidades, sus urgencias, sus deberes, sus obligaciones, sus caprichos o sus conveniencias, el salmista miró al cielo y encontró a Dios. Y cuando alineó su corazón con el de Dios (no intentó hacerlo a la inversa de querer mover los deseos de Dios hacia sus caprichos), encontró armonía, paz y equilibrio.

La consecuencia de este encuentro fue que en la tierra, sus objetivos cambiaron. Obviamente siguió con sus actividades cotidianas, con su familia, su trabajo, su diversión, sus salidas, su capacitación, su ocio y todo lo demás. Pero subordinó todo eso a los parámetros celestiales. Y entonces, se encontró satisfecho. No porque tuviera todo lo que quisiera, sino porque tenía todo lo que necesitaba.

Para este 2012 que recién empieza, Dios te desafía a levantar tu mirada y enfocar tus deseos.

REFLEXIÓN – Que se cumplan en este año.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí