Cristiano, ¿que tienes en tu interior ?

El Arbol bueno en la Biblia¿Que hay en tu interior ?

«Ningún árbol bueno da fruto malo; tampoco da buen fruto el árbol malo.» Lucas 6:43 (NVI)

El Señor Jesús fue sin lugar a dudas, el mejor de todos los maestros de la historia de la humanidad. Como era Dios tenía el conocimiento absoluto de todo. Como era hombre, entendía las cosas que distraen a las personas. Conocía a la perfección ambos mundos y por ello, aplicaba la mejor pedagogía de la eternidad.

¡Cómo no iba a impactar a todos! Si hasta sus más acérrimos enemigos tuvieron que reconocer que nadie enseñaba como Él. Entre las muchas enseñanzas que nos dejó, siempre aplicó los ejemplos o parábolas para clarificar los conceptos divinos y eternos que intentaba enseñar.

¿Cómo enseñarle el concepto de eternidad y la seguridad de las consecuencias a mediano y largo plazo a un ser humano mortal, que apenas vivía 60 o 70 añosí El Gran Maestro, lo hizo con este ejemplo sencillo de la vida cotidiana. Los israelitas conocían muy bien que árboles eran comestibles y cuales no. Y sabían que las frutas comestibles, no estaban disponibles todo el año, sino solamente en el momento justo de la maduración.

Un árbol malo entregaba frutos malos. No era culpa de los frutos, sino de la esencia del árbol. Su naturaleza invisible, se manifestaba en los resultados visibles que entregaba a través de sus frutos. De esa manera, se podía conocer el interior del árbol.

De la misma manera, Cristo aplica esta verdad de la naturaleza a la vida espiritual, y nos enseña que las cosas que hacemos, decimos o pensamos son consecuencia directa de nuestro grado de espiritualidad interior. A mayor comunión con Dios, nuestros actos serán más santos. A menor comunión con Dios, nuestros actos serán menos santos. Esto todos lo sabemos, pero no le damos importancia.

Vivimos cada día como si no importaran las consecuencias. Y vendemos nuestra santidad por un poco de placer momentáneo. Solo vivimos el presente y deseamos satisfacer nuestros caprichos personales. Si analizáramos nuestros frutos diarios, nos daríamos cuenta del nivel espiritual que tenemos en la vida.

Y caemos en la simpleza de condenar los pecados más visibles para minimizar los nuestros más ocultos y silenciosos. Si tus frutos son el robo, la pornografía, la mentira, la envidia, los malos pensamientos, la violencia familiar, los insultos, el sarcasmo, la indiferencia, o alguna cosa semejante, tus frutos manifiestan que tu esencia no es buena.

REFLEXIÓN – ¿Qué tenés en tu interior? Tus frutos lo muestran.

«Ningún árbol bueno da fruto malo; tampoco da buen fruto el árbol malo.» Lucas 6:43 (NVI)

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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