Rahab en la Biblia – Parte 3

Rahab BibliaRahab – Tercera parte

«…FUISTEIS RESCATADOS DE VUESTRA VANA MANERA DE VIVIR. CON LA SANGRE PRECIOSA DE CRISTO.» (1 Pedro 1:18-19)

Rahab confió en algo sólido, mientras que las cosas a las que se aferraron todos los demás se desvanecieron. ¿En qué confió esta mujer? ¿En su moralidad? No, puesto que la Biblia dice que era ramera. ¿En su nacionalidad? No, pues era gentil, y por lo tanto excluida de la bendición de Abraham. ¿En qué confió, entoncesí ¡En un cordón rojo! Qué imagen más hermosa del poder y la protección que nos da la sangre de Cristo derramada por nosotros. «.Fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir (la cual recibisteis de vuestros padres) no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.» (1 Pedro1:18-19).

Fíjate bien que la sangre de Cristo te ha rescatado de la «vana manera de vivir». ¿Te acuerdas cuando la iglesia no te interesaba lo más mínimo porque tu alma estaba en guerra contra Dios; el Dios que hizo posible que hubiera paz entre tú y Él? «.A vosotros, que erais en otro tiempo extraños y enemigos por vuestros pensamientos y por vuestras malas obras, ahora os ha reconciliado.» (Colosenses 1:21). ¿Cómo sucedió? «.Haciendo la paz mediante la sangre de su cruz» (Colosenses 1:20). Seguro que piensas: ‘Pero sigo sin dar la talla para Dios.’ Todos estamos en las mismas; pero Dios ha dado un remedio para eso: «Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad» (1 Juan 1:9). Cuando las tropas de Josué vieron el cordón escarlata colgado de la ventana de Rahab, eso significaba que era aceptada por Dios. Y la sangre de Cristo hace eso mismo por ti.

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