No pierdas el rumbo en tu vida cristiana

Nieve esquiar No pierdas el rumbo en tu vida cristiana

«Por eso es necesario que prestemos más atención a lo que hemos oído, no sea que perdamos el rumbo.» Hebreos 2:1 (NVI)

Hace un tiempo, en un campamento en Villa Pehuenia, un amigo me enseñó a esquiar. Siempre lo había visto de lejos y tenía muchos deseos de probar. Pero nunca se había dado la posibilidad. Por su generosidad y buena voluntad, me invitó, tuvo la paciencia de enseñarme y me hizo disfrutar de una sensación maravillosa. Descender por la montaña nevada es una experiencia muy especial.

Pero como todo aprendiz, no siempre me salía lo que el instructor me decía. En esos casos, por no aplicar las consignas dadas, terminaba perdiendo el rumbo y por lo general en la nieve, golpeado. Obviamente cada caída era divertida y aunque dolía y me mojaba, siempre volvía a levantarme.

Fue una tarde genial. Cuando regresamos a la noche a descansar, comencé a percibir las consecuencias de mis desvíos. Las caídas no son gratuitas y generaron moretones y dolores. Mientras esquiaba era todo diversión, a la noche no estuvo tan divertido.

Cuando leía este pasaje mi mente voló de nuevo a la cumbre nevada del monte y recordé la experiencia. No creo que el autor de la carta haya esquiado, pero tenía el mismo concepto aplicado a la vida espiritual. Es muy fácil deslizarse, hasta es divertido. Es una gran experiencia y nos seduce. Pero es fundamental que prestemos atención a lo que nos enseñaron los que saben, los que tienen más experiencia. No hacerlo tiene consecuencias.

Dios es un especialista en anticiparse a los problemas. Toda la Biblia es un manual preventivo, para darnos herramientas de conducta y poder vivir una vida mejor. Lamentablemente, los seres humanos (incluso los cristianos), nos hemos convertido en cuestionadores de las normas de Dios. Y en lugar de obedecer a sus principios eternos, le buscamos una alternativa a nuestro gusto.

Ponele el nombre que quieras, pero cada vez que decidis torcer el camino de Dios y desobedecer algún mandamiento, te estás desviando. Es muy fácil deslizarse sin cometer grandes pecados. No escuchamos el consejo de la Palabra de Dios, atravesamos las zonas grises con total impunidad, y finalmente perdemos el rumbo.

Si haces memoria de tus últimos pecados, vas a coincidir conmigo que ninguno fue alevoso cuando comenzaste. Nunca compras una película pornográfica, comenzás mirando una fotito. Fue solo una sutileza, un desliz, algo sutil. Pero continuaste descendiendo y perdiste el rumbo.

REFLEXIÓN – No te deslices.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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