La Intransigencia en la Biblia

La Intransigencia en la Biblia

“Maestro dijo Juan, vimos a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo impedimos porque no es de los nuestros. No se lo impidan replicó Jesús. Nadie que haga un milagro en mi nombre puede a la vez hablar mal de mí.” Marcos 9:38-39 (NVI)

Durante tres años los apóstoles habían sido la elite entre los discípulos de Jesucristo. Lo habían acompañado en todo su peregrinaje por Palestina y habían sido testigos de sus milagros. Multitudes seguían a Cristo y eran convocadas al acercarse a cada pueblo. Pero el grupo escogido de los doce eran los más cercanos.

Eso genera cierto orgullo. Estar cerca de una celebridad te da cierto status. Y ser parte del grupo íntimo de un prestigioso líder te hace diferenciar del resto. Para aquellos doce hombres que en su gran mayoría nunca se habían distinguido por nada, esto era una seductora realidad. La fama te ciega, y te hace cambiar las prioridades. Te cambia el perfil y te encandila.

Doce desconocidos de repente saltaron a la fama y les gustó. Eran los únicos y más cercanos seguidores de Jesucristo. Hasta que aparecieron otros. ¡Competencia! ¿Cómo era posible que alguien osara sacar demonios en el nombre de Jesucristo, sin formar parte del grupo selecto? ¿Quiénes eran esos que estaban queriendo tomar protagonismo? ¿Con que intenciones hacían todo eso?

Entonces Juan toma una acción que es muy común entre los seres humanos. Eliminemos la competencia. Les mandaron un mensaje bien claro. “No lo pueden hacer más”, se lo impedimos. Absoluta intransigencia. Cualquier amenaza, diferencia o competencia es mejor eliminarla antes de que crezca. Juan y Jacobo actuaron como hubiéramos hecho la mayoría de nosotros.

Sorprende la grandeza del Señor Jesús. Frente a esta actitud habitual de los humanos, Dios ofrece otra alternativa. La generosidad divina permite dejar hacer. En lugar de sentirse amenazado por la competencia o de sentir envidia por el progreso ajeno, Jesucristo motivó a otros a engrandecer Su Reino, aunque no pertenezcan al selecto grupo de apóstoles formalmente elegidos.

Cristo es el más grande ejemplo de la apertura de Dios, que permite integrar en lugar de dividir; sumar en lugar de restar. No mira como hacer para cuidar “su quintita”, y busca siempre el bien común y el engrandecimiento de la Obra de Dios.

Es muy común en la iglesia compartir ministerios, tareas o actividades. En estas relaciones, ¿Cuál actitud es la que predomina en tu vida: la de Juan o la del Señor Jesúsí

REFLEXIÓN – ¿Qué hacesí

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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