La Prosperidad en la Biblia

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La Prosperidad en la Biblia

«Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!» Salmo1:3 (NVI)

Estamos acostumbrados a asociar palabras. Vinculamos aroma con perfume caro y olor con algo desagradable. Asociamos pasión con un deporte y lujuria con el sexo. De la misma manera, los cristianos tomamos la costumbre de asociar prosperidad a dinero. Y se escuchan muchos que predican este tipo de evangelio.

Cuando leo o escucho sobre la fe que puede darnos mucho dinero, bienestar económico y salud siempre miro mi vida. En más de cuarenta años he pasado muchas situaciones diferentes. No me considero un gran hombre de fe, y se mis limitaciones. Pero en mi honestidad cristiana, he tratado de agradar a Dios y de servirle en todos estos años. A veces mejor, a veces peor, pero siempre lo intenté.

En medio de tanto servicio, el bolsillo no siempre me acompañó. Hubo días muy oscuros y sin trabajo, en medio de la peor crisis financiera de Argentina (post corralito) cuando contábamos las monedas para viajar. Si fuera tan lineal la fe en Dios, el servicio y la integridad espiritual con el bolsillo, en esos tiempos debería haber tenido trabajo. Pero no lo tuve. Y estuvimos complicados.

Entonces ¿Qué es la prosperidad? Ser prosperado no es tener en grande abundancia de dinero sino tener provisión constante o continua en todas las áreas de la vida. No solamente en tu cuenta bancaria. Si tu vida mejora, tu cualidad espiritual se mantiene en constante crecimiento, tus relaciones familiares, de amistad y de iglesia están en evolución continua, tu cualidad mental o profesional en permanente desarrollo, tu esfuerzo laboral en continua evolución, es posible que tengas algunos días difíciles. Pero tu vida es próspera.

La satisfacción interior, tu realización como persona, tus éxitos personales o familiares, tu trabajo gratificante, tu práctica en la vida cristiana, la llenura del Espíritu en tu espíritu, son todas áreas en las que Dios quiere prosperarte y darte continuidad.


Dios es un Dios próspero y generoso. Quiere que tu vida sea satisfactoria y plena. No te promete un camino de rosas, ni un seguro contra accidentes. Te promete su compañía y fidelidad a lo largo de toda tu vida. Te promete su cuidado y ocupación permanente. Te promete escucharte y responderte. La prosperidad, depende de vos. Dios te habilita todas las posibilidades.

REFLEXIÓN – Puedes ser próspero.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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