Crecer no es una opción, es una imposición

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Crecer no es una opción, es una imposición

«A fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo.» Efesios 4:12 (NVI)

Parábola de PATTY HANSEN – Arriésgate a Crecer

Dos semillas estaban juntas en el suelo primaveral y fértil.

La primera semilla dijo:
— ¡Yo quiero crecer! Quiero hundir mis raíces en la profundidad del suelo que me sostiene y hacer que mis brotes empujen y rompan la capa de tierra que me cubre… Quiero desplegar mis tiernos brotes como estandartes que anuncien la llegada de la primavera… ¡Quiero sentir el calor del sol sobre mi rostro y la bendición del rocío de la mañana sobre mis pétalos!

Y así creció

La segunda semilla dijo:
—Tengo miedo. Si envío mis raíces a que se hundan en el suelo, no sé con qué puedo tropezar en la oscuridad. Si me abro paso a través del duro suelo puedo dañar mis delicados brotes… Si dejo que mis
capullos se abran, quizá un caracol intente comérselos… Si abriera mis flores, tal vez algún chiquillo me arrancara del suelo. No, es mucho mejor esperar hasta un momento seguro.

Y así esperó

Una gallina que, a comienzos de la primavera, escarbaba el suelo en busca de comida encontró la semilla que esperaba y sin pérdida de tiempo se la comió.

MORALEJA: A los que se niegan a arriesgarse y a crecer los devora la vida.

Cuando leí esta parábola, al principio me pareció infantil y pensé en contársela a Connie. Pero a medida que la repensaba me di cuenta que es demasiado profunda como para ser comprendida por la mente de una pequeña niña. Con simpleza y sin vueltas, Hansen nos deja esta enseñanza espiritual. Crecer tiene sus riesgos y dificultades.

Pero no es una opción, es una imposición. Si nuestro hijo no crece, nos preocupamos y lo llevamos al médico preocupados por su falta de desarrollo. Porque es normal y habitual crecer físicamente. Pero si espiritualmente no crecemos, nadie se preocupa. Podés estar igual que hace un año, podés seguir calentando un banco, podés seguir criticando y murmurando de lo que no te gusta, podés seguir sin desarrollar tus dones que no te va a importar.

Dios te manda que crezcas, que desarrolles tus capacidades espirituales y seas de bendición para otro. No vas a crecer en altura; pero tu crecimiento se va a notar.

REFLEXIÓN – Si no crecés, estás enfermo. ¡Curate y crecé!

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

1 COMENTARIO

  1. Espectacular, preciso estamos hablando de los dones espirituales por esta epoca en la congregación.. Dios los bendiga por esta parabola

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