Jesús el pan de Vida

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Jesús el pan de Vida

«Yo soy el pan vivo que bajó del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá para siempre. Este pan es mi carne, que daré para que el mundo viva.» Juan 6:51

Explicaba Gustavo el por qué los judíos en la época del Señor Jesús no entendieron este mensaje y me pareció muy enriquecedor para compartirlo. Jesucristo hace esta afirmación luego de haber multiplicado los panes y los peces para alimentar a una multitud. El pueblo de Israel recordaba la historia del maná en el desierto como una prueba del poder de Dios. Moisés había alimentado al pueblo con ese pan celestial.

Y sabían que el Mesías regresaría a la tierra para liberar a los judíos. Ellos estaban esperando esa liberación. Y en su tradición oral, sabían que el Mesías traería pan celestial para alimentar a su pueblo. Luego del milagro de la multiplicación los judíos vieron en Cristo el Mesías esperado. Pero su deseo era conseguir una libertad física y nacional. Querían libertad del imperio romano. Por eso cuando Jesucristo demuestra no tener intenciones de convertirse en rey, comienzan los cuestionamientos. Y le demandan señales.

Ya había hecho una señal increíble un día antes. Pero la contradicción entre ofrecer el pan celestial y no querer ser rey de los judíos ponía a aquellos hombres en una incertidumbre absoluta. Por eso le piden señales. El Cristo iba a hacer señales. Es lo que decía su tradición. Siempre habían esperado esa respuesta. Y demandaban que se les diera en la manera esperada. Demasiadas tradiciones estaban empañando su mirada, y no les dejaban ver lo que tenían delante de sus ojos.

Jesucristo es el pan que bajó del cielo. Es mejor que el maná del desierto. Los que comieron de ese pan murieron. Pero Cristo ofrece vida eterna. No es solamente vivir para siempre, porque podríamos vivir siempre sufriendo y con enfermedades; y eso no estaría bueno. Cristo ofrece una vida eterna y placentera.

Pero tanta tradición y religiosidad no les permitía ver al Mesías. Estaban demasiado ocupados en sus rutinas religiosas y en sus pensamientos que no podían escuchar, ni entender, ni ver a Dios en medio de ellos. Oían pero no escuchaban, percibían pero no entendían.

Dos mil años después, no hemos aprendido. Estamos nuevamente demasiado ocupados en mantener nuestro estatus espiritual, en ejecutar bien la música, en hacer la conferencia lo más atractivo posible, en generar un buen ambiente, que nos perdemos de encontrar a Jesucristo, el Pan de vida, que quiere saciar nuestra necesidad espiritual.

REFLEXIÓN – Encontrate hoy con Jesucristo.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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