La Compasión de Dios

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La Compasión de Dios

«Al verlos Dios angustiados, y al escuchar su clamor, se acordó del pacto que había hecho con ellos y por su gran amor les tuvo compasión.» Salmo 106:44-45 (NVI)

El salmista está haciendo un recordatorio de la historia de Israel. Y ve como desde la salida de la esclavitud de Egipto hasta el presente, hubo un hecho reiterativo en todas las generaciones. El pueblo se olvidó de Dios. Sin importar cuán grande o maravilloso sea la manifestación del poder de Dios, los israelitas por su mala memoria e indiferencia a la corta o a la larga, desobedecían y ofendían a Dios.

No les importó salir de la esclavitud del imperio más poderos del mundo con oro, plata y ganado, ni cruzar el mar Rojo por el medio, ni encontrar agua en una piedra en medio del desierto, ni comer todos los días carne y pan en donde no podían sobrevivir ni los escorpiones. Los israelitas murmuraban, criticaban, ofendían a Dios y adoraban a dioses ajenos.

Peor fue cuando entraron en la tierra prometida. Ya en sus casas y con sus campos sembrados, dejaron a Dios y copiaron a sus vecinos. Ante cada desobediencia, el castigo de Dios se hacía sentir sobre el pueblo, quien golpeado y acorralado reconocía su error. Se arrepentían, pedían perdón y Dios en su bondad perdonaba y restauraba la bendición.

Pero algún tiempo después (muy corto), volvían a pecar con mayor ferocidad y alevosía. Y esta actitud se convirtió en un círculo perverso de depravación, pecado, castigo, arrepentimiento, perdón, bienestar, y depravación para volver a comenzar. El salmista recuerda esta reiteración de errores y no puede menos que asombrarse al escribir: Dios les tuvo compasión.

Mientras leía este salmo, repasaba los pecados y errores de mi última semana, para darme cuenta que mi actitud con Dios es muy similar a la de estos hombres. Mis pecados se repiten con frecuencia y el perdón de Dios llega siempre luego de arrepentimiento. Dios no cuestiona o critica, solo ama y perdona. Y luego, sin vergüenza, vuelvo a pecar.

Me ponía a pensar lo maravilloso del amor y de la compasión de Dios, que me sigue teniendo paciencia y que sigue perdonando mis pecados, solo por su fidelidad al pacto con hizo con Jesucristo y a su eterna justicia. En lugar de castigarme, solo me bendice. Esto, debería motivar en mi corazón un fuerte sentimiento de respeto y honra a Dios, para buscar mi santidad.

REFLEXIÓN – Dios es compasión

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

1 COMENTARIO

  1. Dios lo continue bendiciendo y llenando de sabiduria gracias al Señor por su compasion hacia nosotros estos pequeños momentos pero muy especiales los comparto a diario en mi trabajo les agradezco y le pido a Dios que los llene cada dia mas de su poder bendiciones

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