LOS NOMBRES DE DIOS – PARTE 5

1

LOS NOMBRES DE DIOS – PARTE 5

CAPÍTULO V

EL ROI

Yo no sé en cuanto a Ud. pero en cuanto a mí, en ocasiones me he sentido como que he sido abandonado por todos. El rey David debe haber experimentado algo parecido, porque en Salmos 69:20 dice: «EI escarnio ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado. Esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo; Y consoladores, y ninguno hallé.» Qué lamentable es encontrarse así, ¡verdad! En casos semejantes, ayuda mucho saber que hay alguien que siempre nos mira y no está ajeno a lo que siente nuestro corazón.Ese alguien es Dios y uno de sus nombres justamente tiene que ver con esto.

Estamos analizando los nombres compuestos con EL. Recordemos que EL significa básicamente fuerte o poderoso y que es un nombre que se utilizaba tanto para dioses falsos como para el único Dios verdadero. En muchos de los casos, cuando se quiere que el nombre EL se refiera al Dios verdadero, se añade algún calificativo que lo aparta de cualquier dios falso. Es así como tenemos El Elyon que significa Dios Altísimo, o El Shaddai que significa Dios Todopoderoso o Todo suficiente, o El Olam que significa Dios Eterno. Dentro de esto, vamos a analizar otro nombre compuesto con EL para Dios es El Roi.

Este nombre de Dios aparece una sola ocasión en el Antiguo Testamento, en Génesis 16:13. Será muy ilustrativo por tanto examinar con algo de detenimiento las circunstancias en las cuales se llamó así a Dios.

La historia comienza relatando que Sarai mujer de Abram no le daba hijos, y ella tenía una sierva egipcia que se llamaba Agar. Sarai dijo entonces a Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril ruego pues que te llegues a mi sierva; quizás tendré hijos de ella. Sin cuestionamientos, Abram aprovechó está oportunidad y se «sacrificó» por su esposa atendiendo a su pedido. Como resultado de ello, Agar quedó embarazada y viéndose así, comenzó a despreciar a Sarai. Ella no lo pudo soportar y fue donde Abram con su queja. Le dijo: Mi afrenta sea sobre ti; yo te di mi sierva por mujer, y viéndose encinta, me mira con desprecio. Juzgue Jehová entre tú y yo. Abram asombrado dijo a su esposa: He aquí, tu sierva está en tu mano; haz con ella lo que bien te parezca. Sarai entendió esto en el sentido que debía tratar mal a Agar su sierva y fue así como Agar se sintió afligida y no le quedó más que huir al desierto. Agar llegó a una fuente de agua en el desierto y allí tuvo un encuentro con el ángel de Jehová. El cual, habló diciendo: «Agar, sierva de Sarai, ¿De dónde vienes tú y a dónde vasí» Por fin Agar encontró alguien que se interesara en ella. Había estado humillada y afligida por mucho tiempo y seguramente pensaba que todos le habían abandonado. Quizá todos estaban en su contra pero menos uno, el ángel de Jehová.

Sarai respondió al ángel de Jehová: Huyo de delante de Sarai mi señora. El ángel de Jehová dijo: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano. Esto era lo último que podría esperar Agar. Su señora le había tratado tan mal que estaba justamente huyendo de ella. ¿Cómo iba a regresar a la fuente misma de su aflicción? Lo que pasa es que ahora Agar sabía que no estaba sola, en realidad nunca estuvo sola, pero ahora ella lo sabía a ciencia cierta. El ángel de Jehová le dijo también: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud. Además le dijo el ángel deJehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción.

Cuando Dios entra en escena las cosas cambian ¿verdad? El presente era angustia y aflicción, pero pronto eso se cambiaría en dicha y bendición. De lo que Agar llevaba en su vientre Dios levantaría una descendencia innumerable. Mas aún, Dios anunció a Agar que daría a luz un varón, cuando todavía no había la ecosonografía para saber el sexo de una criatura antes que nazca. Y el nombre le fue dado. El hijo de la sierva se llamaría Ismael que significa Dios oye. Jehová oyó la aflicción de Agar aun cuando ella no lo sabía y pensaba que estaba sola, pero Dios estaba con ella, para Dios, ella no era una mujer más o una esclava, era Agar, Dios la llamó por su nombre cuando se presentó ante ella. Agar pensó que nadie oía su clamor en su horrenda aflicción, pero Dios lo oía, ella pensó que a nadie podía interesar, pero Dios se interesó tanto en ella que le iba a levantar una numerosa descendencia. Agar pensó que la criatura que llevaba en su vientre sería desconocida y despreciada, pero Dios le conocía tanto que inclusive sabía su nombre. Ante todo esto, ¿Sabe cuál fue la reacción de Agar? Génesis16: 13 dice: «Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve?» La desesperación se cambió en dicha para Agar. En su gozo busca un nombre para Dios. El nombre que escogió es El RoiElDios que ve.

Este vocablo, además de ilustrar que Dios es una persona con quien el ser humano se puede relacionar, ilustra la omnisciencia y la omnipresencia de Dios. Cuando hablamos de omnisciencia de Dios estamos refiriéndonos no solamente a que él lo sabe todo, sino mas aún, Dios percibe de una manera cabal lo que Ud. y yo sentimos en nuestro corazón. Él sabe cuando estamos gozosos o tristes. Él sabe cuando estamos confiados o con temor. Cuando estamos animados o desanimados. Él sabe si somos optimistas o si nos embarga el pesimismo. Él sabe todo lo que hay en nosotros. Sabe cómo nos sentimos, Él puede sostenernos cuando estamos tristes, temerosos, desanimados, o cuando vemos todo oscuro. Jamás nos abandona. Él sabe lo que estamos experimentando en este instante y está listo para extendernos la mano así como lo hizo con Agar.

Cuando hablamos de omnipresencia de Dios, estamos refiriéndonos a que él está en todo lugar en todo momento. Esta verdad es como una moneda, tiene dos caras. Por un lado es un gran consuelo porque Ud. y yo podemos estar seguros de que Dios está junto a nosotros acompañándonos en cualquier situación que nos encontremos. Si está atravesando por las profundas aguas de la prueba, él está allí junto a su lado. Ud. puede descansar en él y transformar su angustia en serena calma.

Esta fue la experiencia de David cuando escribió las palabras del Salmo 62:1-2 «En Dios solamente está acallada mi alma; de él viene mi salvación. El solamente es mi roca y mi salvación; es mi refugio, no resbalaré mucho.» Así es Dios que ve, El Roi, está en nosotros presto a socorrernos. No importa cuan severa sea la prueba, Ud. puede tener paz, cuando confíe en él porque él es el Dios que ve. Qué consuelo nos trae al corazón esta verdad. Pero por otro lado, el hecho que Dios es omnipresente, significa que ni Ud. ni yo podemos ocultarnos de él. A veces somos tan infantiles en nuestro modo de pensar sobre Dios. Pensamos que si ninguna persona, nos ve, podemos hacer cualquier cosa contraria al carácter de Dios. Pero él está en todo lugar, en todo momento. Más vergüenza deberíamos tener de hacer cosas malas delante de Dios que delante de cualquier otra persona conocida. Pero normalmente no pensamos así. Escudándonos en soledad pensamos que tenemos licencia para pecar y hacer cosas viles. Alguien dijo alguna vez lo siguiente. El verdadero carácter del creyente se manifiesta cuando el creyente está solo. ¿Cómo es su conducta cuando está solo? ¿Hace cosas incorrectas cuando nadie le ve, o cuando no hay ningún conocido a su alrededor? El Roi, el Dios que ve, está siempre presente.

Para terminar, retomemos la historia de Agar. Su encuentro con El Roi, el Dios que ve, le impactó tanto que quiso perennizar su recuerdo de él poniendo al pozo junto al cual estaba un nombre muy interesante. Génesis 16:14 dice: «Por lo cual llamó al pozo: Pozo del Viviente-que-me-ve. He aquí está entre Cades y Bered.» Guarde Ud. en lo más profundo de su memoria, el hecho queDios es El Roi, el Dios que ve, el Dios que nos conoce a la perfección y el Dios que nos acompaña a todo lugar y en todo momento.

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí