Un hombre a la espera de un milagro de Dios

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Los Milagros de Dios en la Biblia

«En esos pórticos se hallaban tendidos muchos enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. Entre ellos se encontraba un hombre inválido que llevaba enfermo treinta y ocho años.» Juan 5:4-5 (NVI)

Me pasó Estela esta frase de un libro que se llama Dios Invita a Soñar: NADIE QUIERE UN MILAGRO. PORQUE PARA QUERER UNO HAY QUE ESTAR EN UN PROBLEMA. Lo posible puede ser hecho con mucha o poca dificultad, pero un milagro sólo está en la esfera de la prodigiosa mano de Dios.

Cada vez que tengo esta disyuntiva, releo esta historia. Había un hombre que esperaba un milagro. Era inválido y se había acercado a un lugar donde podían suceder. En ese estanque, de vez en cuando, un ángel bajaba y movía las aguas. El primero que entrara al estanque era sanado completamente de su enfermedad. ¡Qué noticia!

Me imagino las primeras semanas después del primer milagro. La expectativa habrá sido enorme y la noticia comenzó a correr como reguero de pólvora. Pasó el tiempo y cada vez llegaban más enfermos que querían recostarse al borde del estanque esperando al ángel. Y mientras no venía, se habrán entablado conversaciones para pasar el tiempo.

El hombre de la historia llegó un día y 38 años después seguía en el mismo lugar. Nunca había llegado a tiempo. Siempre hubo otro que le ganó de mano. Y su frustración fue creciendo con su invalidez. Quería un milagro pero nunca llegaba. ¡Qué terrible dolor y angustia! ¡Qué frustración tan grande cuando se metía al agua y no pasaba nada porque otro ya había sido sanado! Este hombre es un ejemplo por luchar, por seguir, por insistir, por caer y por volver a levantarse.

Finalmente un día, el milagro sucedió. Y Jesucristo en un segundo lo sanó en seco. Pero tuvo que esperar 38 años. Perdió toda su vida esperando al lado del estanque. Y eso nadie se lo devolvió. Es triste pero real. Sin embargo, creo yo (la Biblia no dice nada), que a este hombre no le importó. Ese día que se fue caminando, no le importaba nada, excepto que podía caminar.

Tal vez hoy estas esperando un milagro que no viene, y tu angustia es muy grande. Desearías no desear nada, pero tu problema sigue estando. Dios nos desafía constantemente, pero no hiere, nos da conforme a las fuerzas que tenemos. Dios es todopoderoso para hacer cualquier cosa. Incluso solucionar tu problema.

REFLEXIÓNLos milagros llegan. Esperalos.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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