El lugares de delicados pastos

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El lugares de delicados pastos

«Porque todo mortal es como la hierba, y toda su gloria como la flor del campo; la hierba se seca y la flor se cae, pero la palabra del Señor permanece para siempre. Y ésta es la palabra del evangelio que se les ha anunciado a ustedes.» 1 Pedro 1:24-25 (NVI)

Estos días preciosos de sol, calor e inicios de verano, le dan al parque de casa una tonalidad especialmente vital. Cada mañana mientras preparo el mate, miro el parque por la ventana de la cocina y relajo mi cerebro con el verde del pasto, los colores de las flores, los árboles llenos de hojas y frutos. En invierno está algo más triste y apagado, pero en este tiempo, está pleno de vida. Y recrea el alma.

La contrapartida (siempre la hay) es que hay que cortar el pasto. En verano crece sin piedad y no tiene en cuenta el cansancio acumulado. Entonces saco la cortadora de pasto y lo dejo bien cortito. Cada vez que lo hago, quedan siempre algunos pastos que no recogí. A la mañana siguiente, puedo ver esa hierba seca y sin vida que contrasta con el verde vigoroso del parque.

Me encanta la comparación que Pedro hace de mi vida, al igualarla con este pasto. Plantado es muy verde, genera oxigeno por la fotosíntesis, da vida, es hermoso. Pero a la mañana siguiente es solo un yuyo seco que es desechado y no sirve para nada.

El ser humano (por no decir vos o yo) estamos inducidos a pensar que somos importantes. Alcanzamos metas, obtenemos logros y generamos progreso. En el área en que nos especialicemos, logramos objetivos. En la iglesia también. Todos deseamos ser ese predicador de jóvenes internacional o ese cantante famoso que recorre el mundo. Y como nuestra realidad es más limitada, nos alcanza a veces con recibir un aplauso en nuestra iglesia.

Cualquiera sea la dimensión de nuestro ministerio, nos creemos importantes y valiosos. Y en cierta manera lo somos. Pero cuando nuestro orgullo supera ciertos límites y nos creemos más de lo que somos, es donde Dios tiene que ubicarnos. Y acá es donde Pedro nos deja esta comparación.

No te creas importante. Sos solo un poco de pasto. Lo que realmente te da trascendencia y eternidad es Jesucristo y Su Obra. ¡Que puedas brillar en el jardín de Dios!

REFLEXIÓN – Permaneces para siempre por Gracia.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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