En Él Esta La Verdadera Vida

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En Él Esta La Verdadera Vida

«En él estaba la vida, la vida era la luz de la humanidad. Esta luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no han podido extinguirla.» Juan 1:4-5 (NVI)

En casos de corte de luz, todavía solemos en casa recurrir a la antigua vela para alumbrar la oscuridad reinante. Es cierto que no logra alumbrar toda la habitación. Y que no tiene un gran impacto en toda la casa. Pero se puede ver desde todo lugar. No importa en que rincón de la habitación te encuentres, vas a poder ver el haz de luz de la vela. No hay oscuridad que pueda opacarla.

Y si en una habitación completamente oscura junto oscuridad en una bolsa y la cierro. Y salgo al aire libre, donde brilla el sol y abro la bolsa, la oscuridad no va a salir de la bolsa. Es más. No va a pasar nada. La luz de día elimina todo vestigio de oscuridad. Porque es imposible que la oscuridad prevalezca en medio de la luz.

Mientras pensaba en estos conceptos, leí este texto brillante de Juan. Está hablando del Señor Jesucristo y lo presenta a sus compañeros de lectura. Para hablar de Cristo, comienza hablando de su eternidad y deidad, para luego hacer esta afirmación. El Señor Jesús es Luz, y esa Luz resplandece en las tinieblas. Y aunque para muchos, el paso de Cristo por la tierra dejó mucho que desear porque no tuvo la trascendencia que humanamente se hubiera demandado, y como dice el mismo Juan, a lo suyo vino y los suyos no le recibieron; a pesar de eso, esta afirmación es eterna. La Luz de Jesús resplandece y las tinieblas no han podido ni podrán extinguirla.

Preciosa claridad de nuestro Señor, que ilumina la más tenebrosa de tus dudas. Nada puede resistir ni ensombrecer la Luz de Jesús. Y esto me pone en un terrible compromiso. Es cierto que no tenemos luz propia, y que somos apenas un reflejo pálido de esa luz prístina de Dios. Es como comparar el sol con una vela. Es incomparable.

Sin embargo, el reflejo de la Luz del Señor es nuestra vida no está condicionado por la fuerza del agente emisor, sino por la trasparencia del agente reflector. Es decir, tuya y mía. Por eso es que algunos cristianos se parecen tanto a Cristo y otros, son una sombra. Que tu luz sea una vela, para que pueda verse siempre en cualquier rincón de tu comunidad.

REFLEXIÓN – Tienes la Luz de Jesús, reflejala.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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