La seguridad de la salvación

La seguridad de la salvación

Santiago.1:17 …el Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni oscurecimiento causado por rotación.

Ro. 11:29 Porque irrevocables son los dones de gracia y el llamamiento de Dios.

Sigamos adelante para ver el asunto de la seguridad de la salvación. Además de tener bases para afirmar con certeza que somos salvos, debemos ver que nuestra salvación es segura. [Es decir, que una vez somos salvos, lo somos eternamente. Este es un hecho que jamás puede ser alterado ni invalidado]. De acuerdo con la revelación de la Biblia, existen doce aspectos que demuestran que nuestra salvación es segura, los cuales son:

En Dios no hay variabilidad

En primer lugar, nuestra salvación está asegurada por el hecho de que Dios no tiene carácter variable. Santiago 1:17 dice que en el Padre «no hay mudanza, ni oscurecimiento causado por rotación»  «El no es como los cuerpos celestes, los cuales por su rotación echan sombras, como en el caso de la luna, que crece y mengua con su rotación, y del sol, que puede ser eclipsado por la luna. Nuestro Dios es confiable porque El no tiene carácter inconstante. Por lo tanto, ya que El nos ha salvado, nuestra salvación nunca podrá cambiar y nosotros jamás pereceremos.

La voluntad inmutable de Dios

En segundo lugar, nuestra salvación está asegurada por la voluntad de Dios, la cual es inmutable, es decir, nunca cambia. Hebreos 6:17 habla de «la inmutabilidad de Su consejo [de Dios]». Puesto que el consejo de Dios, esto es, Su voluntad, es inmutable, el hecho de que El nos escogiera y nos predestinara desde antes de la fundación del mundo para que recibiéramos Su salvación (Ef. 1:4-5, 11) es también inmutable. Ya que El nos escogió y nos predestinó en la eternidad pasada para que recibiéramos la filiación, y llegáramos a ser Su herencia, El no dejará de cumplir Su voluntad.

El amor de Dios, del cual nadie puede separarnos

Nuestra salvación también está asegurada por el constante amor de Dios, un amor del cual nada ni nadie puede separarnos. En 1 Juan 4:10 leemos: «En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que El nos amó a nosotros, y envió a Su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Si fuéramos salvos debido a nuestro amor hacia Dios, entonces nuestra salvación no sería confiable. Sin embargo, somos salvos porque Dios nos amó, es decir, que nuestra salvación depende del amor de Dios. Y puesto que Dios nunca cambia, Su amor es también inalterable. Además, Su amor hacia nosotros es un amor infinito del cual nada ni nadie podrá separarnos (Ro. 8:39) «Puesto que nada ni nadie puede separarnos del amor de Dios, la salvación que hemos recibido nunca perderá su eficacia, ya que es eternamente segura e inmutable.

El irrevocable llamamiento de Dios

Romanos 11:29 dice que el llamamiento que Dios nos hace es irrevocable. Puesto que el llamamiento de Dios se funda en el hecho de que El nunca varía, y corresponde a la inmutable voluntad de Dios, es irrevocable e inalterable Así que, basándonos en el llamamiento de Dios, podemos afirmar que nuestra salvación es eternamente segura.

La incontrovertible obra justificadora de Dios

Después de que el Señor Jesús fue juzgado en la cruz a nuestro favor, según lo requería la justicia de Dios, y así satisfizo los justos requisitos de Dios, nosotros los que creemos en El somos justificados conforme a la norma de la justicia divina, para la demostración de tal justicia (Ro. 3:26) » [Además], ya que el Señor Jesús satisfizo los justos requisitos de Dios a nuestro favor, ahora Dios no sólo puede perdonarnos y justificarnos conforme a la norma de Su justicia, sino que está obligado a hacerlo; de otro modo, El estaría obrando injustamente» Romanos 8:33 dice: ¿Quién acusará a los escogidos de Diosí Dios es el que justifica. Debido a que Dios está obligado a mantener Su justicia, El tiene que justificarnos; El ya no puede acusarnos ni condenarnos » Conforme a Su justicia, la justificación efectuada por Dios está firmemente establecida (Sal. 89:14) y es incontrovertible. Por lo tanto, nuestra salvación es eternamente segura.

La mano todopoderosa de Dios

En Juan 10:29 el Señor dijo: «Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de Mi Padre». Puesto que Dios es superior a todos, El es también más poderoso que todos. Nadie puede arrebatarnos de Su mano todopoderosa. Por tanto, debido a que la mano de Dios es todopoderosa, nuestra salvación está asegurada.

¡¡¡Jesús es el Señor!!!

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