Feliz Año Nuevo

0

jesus nombre cieloFeliz Año Nuevo

Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. – Romanos 10:13

En este día la gente se reúne en todo lugar para celebrar los primeros momentos alegres del Año Nuevo. Sin embargo, para muchas personas este día representa las 24 horas más difíciles de sus vidas. Para ellas el Año Nuevo servirá sólo para recordarles su soledad y lo que han perdido y para marcar el inicio de otro año de fracasos.

Y en cuanto a usted, ¿qué cree que le deparará este año?

Quizá ahora esté aparentando estar contento y tal vez esté repartiendo sonrisas y saludos, como los demás. Pero en su interior quizá se sienta dolido y desilusionado, y hasta es posible que crea que ya no puede seguir adelante.

Si es así, quiero que sepa algo. Todo eso puede cambiar en un instante. Usted puede volver a comenzar su vida hoy y hacer que este primer día del Año Nuevo sea el más feliz que haya tenido.

¿Cuántas veces se ha dicho: «Si tan sólo pudiera volver a empezar, lo haría todo de otro modo»? Eso no tiene que ser tan solo un deseo, porque Jesucristo ya lo hizo posible. Ese es el regalo de Navidad de Él para usted. Él pagó el precio por todos sus pecados. Para eso vino al mundo y para eso nació: para que usted pudiera empezar de nuevo.

Quizá al mirar su vida diga: «Pero he cometido errores garrafales y he hecho cosas despreciables». No importa lo que haya hecho, Jesús pagó la deuda por todo ello.

¿Cómo puede comenzar de nuevo? Romanos 10:9 dice: «Que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo». Es tan fácil como decir: «Jesús, te entrego mi vida. Desde este día en adelante, soy tuyo».

No hay mejor momento para empezar a transformar su vida que el primer día del Año Nuevo. Dondequiera que esté ahora, entréguele su vida a Jesús. Después, dé un salto y grite: «¡Alabado sea Dios, voy a empezar de nuevo!» Entonces sí podrá tener un verdadero ¡Feliz Año Nuevo!

Romanos 10:1-13

 

10:1 Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.
10:2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia.
10:3 Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios;
10:4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
10:5 Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas.
10:6 Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo);
10:7 o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos).
10:8 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos:
10:9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
10:10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
10:11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.
10:12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan;
10:13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

Kenneth Copeland

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí