Hierro con hierro se aguza o se afila

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hierro con hierro se aguzaLos que estamos en el ministerio, debemos cultivar relaciones claves con personas claves.

Versículo:  Hierro con hierro se aguza;  Y así el hombre aguza el rostro de su amigo. Proverbios 27:17 

El hierro era un metal de valor relativamente bajo en los tiempos bíblicos, pero de gran utilidad en la vida cotidiana de los israelitas. Del hierro se fabricaban cuchillos, espadas, arados, clavos y otros elementos para la construcción. El hierro, sin embargo, debía ser trabajado cuidadosamente para adquirir el filo y la forma que lo convertía en una herramienta útil en las manos del hombre. Este trabajo se realizaba mayormente mediante un proceso en el cual un pedazo de hierro era limado con otro.

Vivimos rodeados de multitudes pero mucha de nuestra existencia es solitaria, evitando un contacto significativo con otros.El autor de proverbios utiliza la imagen de este trabajo para hablar del proceso que ayuda a un hombre a adquirir el «filo» necesario para ser contundente y efectivo en lo que hace. Debemos notar, primeramente, que la analogía de Proverbios descarta la posibilidad de la formación aislada, por el mismo esfuerzo del individuo.

A pesar de esto, la mayoría de las personas están empecinadas en limitar el esfuerzo para crecer y madurar en la vida a sus propios proyectos individuales. Vivimos rodeados de multitudes pero mucha de nuestra existencia es solitaria, evitando un contacto significativo con otros.

Sin ese contacto, no es posible adquirir esa forma y ese filo que convierten nuestras vidas en herramientas útiles en las manos del Señor. Al igual que en el trabajo de afilar hierro con hierro, el contacto con otros debe ser deliberado, sostenido y esforzado. No son los encuentros fugaces y ocasionales los que producirán oportunidades de crecimiento. Es necesario que los encuentros no solamente tengan continuidad, sino que también no sea llevado al azar el cultivo este tipo de relaciones.

Como todos sabemos, es posible que nos encontremos con otros y pasemos un largo tiempo en conversación sin que, necesariamente, se hable de asuntos que conduzcan a un intercambio de vida. Para que ocurra esto es necesario que, en acuerdo común con la otra persona, estemos dispuestos a conducir nuestra relación por caminos que normalmente no escogeríamos. Damos lugar a preguntas que invitan al otro a abrirse, o a comentarios que me obligan a examinar actitudes o comportamientos en mi propia vida. Nos damos permiso a incluir en nuestra relación, dentro de un marco de amor y compromiso, la exhortación, la corrección, la reprensión, la instrucción y la enseñanza.

Todos estos elementos ayudarán a que el resultado de nuestro encuentro con los demás no sea simplemente haber pasado un buen momento juntos.

Para los que ocupan un lugar de responsabilidad dentro de la iglesia, esto es especialmente importante. El ministerio tiende a aislarnos, donde nos sintamos invitados y desafiados a seguir estirándonos para alcanzar nuestro máximo potencial en Cristo.

Para pensar:

¿Puede usted pensar en dos o tres personas con las cuales comparte este tipo de relación? ¿Qué elementos ayudan a que la relación sea una en la cual se afilan mutuamente? ¿Qué cosas puede introducir en la relación para crecer más en este aspecto?

Por: Christopher Shaw

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