La Actitud de Dios

La Actitud de Dios

«Más Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.» Romanos 5:8 (RVR)

Se celebro el día de los enamorados y los negocios vendieron más flores, bombones y perfumes que en todo el verano. Se bastardea el nombre del amor, comercializando con la buena intención del hombre. Pero la compra de un regalo el día 14, no exime de la responsabilidad de amar durante los otros 364 días del año. Pero los hombres nos olvidamos pronto de esto, y creemos que un gesto de vez en cuando alcanza.

Cuando leí esta historia, inmediatamente me acordé del Señor Jesús, que amó hasta lo sumo, dándonos ejemplo de cómo se debe demostrar el amor. Pero como a veces es difícil compararse con Dios porque es muy difícil imitarlo (es un ejemplo demasiado elevado), esta historia de un niño puede demostrarnos en un ejemplo cotidiano que es tener actitud.

Hace muchos años, cuando trabajaba como voluntario en un Hospital de Stanford, conocí a una niñita llamada Liz quien sufría de una extraña enfermedad. Su única oportunidad de recuperarse aparentemente era una transfusión de sangre de su hermano de 5 anos, quien había sobrevivido milagrosamente a la misma enfermedad y había desarrollado anticuerpos necesarios para combatir la enfermedad.

El doctor explico la situación al hermano de la niña, y le pregunto si estaría dispuesto a dar su sangre a su hermana. Yo lo vi dudar por solo un momento antes de tomar un gran suspiro y decir: Si, lo hare, si eso salva a Liz.

Mientras la transfusión continuaba, él estaba acostado en una cama al lado de la de su hermana, y sonriente mientras nosotros lo asistíamos a él y a su hermana, viendo retornar el color a las mejillas de la niña. Entonces la cara del niño se puso pálida y su sonrisa desapareció. El miro al doctor y le pregunto con voz temblorosa ¿A qué hora empezare a morirme? Siendo solo un niño, no había comprendido al doctor; el pensaba que le daría toda su sangre a su hermana. Y aun así se la daba.

Da todo por quien ames. Actitud, después de todo, es todo. ¿Podés imitar a Jesús en su entrega de amor? ¿podés imitar a este niño en su entrega de amor?

REFLEXIÓN – Dios te pide actitud de amor.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany